No resulta tarea elemental el tratar de aislar la causa exacta de lo desastrosa que puede llegar a resultar 'Giallo', pero una dirección categóricamente televisiva con todo lo que ello conlleva (pésimo sonido, puesta en escena deficiente, incompetencia extrema en el desarrollo del argumento). Se hace hincapié en la ineptitud del elenco, yo no lo creo así. El problema radica claramente en que los personajes que están escritos para estos actores no pueden ser más insustanciales y desabridos, y por tanto, las interpretaciones de los artistas se sitúan al nivel requerido. Uno no le puede exigir grandes proezas al actor que va a interpretar el rol, si su calidad no es equiparable. En este caso dicha cuestión alcanza cotas demenciales, pues una historia que de por sí tiene que resultar entretenida (de hecho la película al fin y al cabo no deja de serlo, pero es por sus desoladoras carencias por lo que resulta tan penosa y lamentable) y que no precisa de mucho, sino tan solo de un poco de ingenio y un poco de talento, se va al traste por culpa de una dirección artística desoladora que desespera de lo patética, por no decir inexistente, que resulta. Y es que la película no tiene director. Los actores vagan desmotivados a su libre albedrío tras las cámaras, pronunciando diálogos horrorosos en lo que no tienen ninguna responsabilidad de exigencia a sus espaldas. El guionista también se hace notar por su ausencia. ¿Cómo es posible escribir una película en la que los personajes son solo monigotes y no dan la sensación de tener vida propia, de sentir, de pensar? Nada resulta auténtico.