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Voto de Juguti14 :
6
Drama En 1966 el entrenador de Texas, Don Haskins, llevó al primer equipo de baloncesto integrado por jugadores de color al campeonato nacional de la NCAA. (FILMAFFINITY)
30 de enero de 2024
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Desde la segunda mitad del siglo XX el deporte tiene un papel protagonista en la cultura occidental. Esto lleva a que desde la gran pantalla se quieran contar los hitos históricos de la historia de los deportes más populares (Carros de fuego, 1981; Entrenador Carter, 2005; Evasión o victoria, 1981...) o crear historias que giren alrededor de estos deportes por la atracción que puede generar la introducción de esos deportes en el público (Campeones, 2018; El mejor, 1984; Futbolín (Metegol), 2013...). Esta unión entre cine y deporte cuenta con un lado positivo y un lado negativo.

Por un lado, la emoción está asegurada. Los deportes son competitivos, lo que quiere decir que llegan al interior de una persona celebrando con alegría el logro de una meta o sufriendo ante el fracaso de un proyecto con mucha ilusión. Así, en el cine no hace falta más que presentar al deportista o al equipo al espectador y mostrar su esfuerzo para luchar por un objetivo, para lograr que el espectador se convierta en seguidor de ese deportista o equipo.

Pero, por otro lado, un partido de fútbol, baloncesto, tenis... o una maratón, son espectáculos en sí que motivan mucha emoción. Por eso, el cine que, aparte de ser un arte, es un espectáculo no puede limitarse a representar un partido o carrera del deporte que sea, porque para eso ya están los deportes. El cine trata de ahondar en las historias de esos deportistas, entrenadores, equipos o deportes para contar al espectador lo que hubo detrás de esos logros o competiciones. Ahora bien, esa historia no puede desligarse del logro o competición en sí, obligando al guión a mezclar narración extradeportiva con los momentos deportivos más llamativos de la historia.

En definitiva, una película de deportes siempre va a contar con momentos de emoción en los que el espectador llore, se alegre, sienta tristeza... por la emoción que genera la competición deportiva en sí al ver estos filmes, pero eso no siempre querrá decir que la película sea buena. En este tipo de cintas hay que saber distinguir entre aquellos directores y guionistas que se aprovechan del hito deportivo para llegar al público y los que son capaces de contar ese hito de una manera atractiva, novedosa o que realmente genere un vínculo entre público y deportista, entrenador o equipo.

Este homenaje a Don Haskins y The Miners se encuentra en el primer grupo de películas deportivas. Se presenta a los personajes y sus superaciones, pero no se ahonda en ellos. Todo es muy superficial, hasta el gran dilema del racismo del sur estadounidense. Las interpretaciones son bastante buenas por parte de los que representan del equipo, pero hay muchos saltos en el guión que impiden realmente contar cómo debió vivirse esta historia desde dentro del vestuario, que es el objetivo del filme. Como se ha dicho, la propia emoción que genera la competición motiva la tensión del espectador por ver el sueño de este equipo cumplido, pero es difícil llegar a creerse que cada personaje tengo que el peso en la historia que se dice en los diálogos, porque no se profundiza en ellos a través de las escenas. Es decir, se trata de un homenaje con el que se puede disfrutar una tarde, pero que se queda corto en el intento de presentar lo que debió ser en la realidad.
Juguti14
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