Tenía pendiente el comentario del regreso de «Los misterios de Laura», que han cambiado por vete tú saber por qué a «Laura y sus misterios». En realidad, el mayor misterio de esta serie es qué pasa entre Laura y Martín. Esto es muy serio, de veras.

Hay que decir que «Los misterios de Laura» es de lo más agradable. Es ese tipo de producto ya desterrado de la ficción, española o internacional, en el que todo es natural, normal, con personajes cercanos que no necesitan demostrar nada, reivindicar nada ni introducir ideologías cansinas, sino que son fieles al género orgullosos de sí mismos.

Laura vuelve a la policía y su primer caso es resolver el hallazgo de un cadáver encontrado en un edificio. La verdad es que el caso es original, quizá bastante trágico, pero en esta ocasión se veía venir con antelación. Cae un poco en la incongruencia, o al menos yo realmente no le encuentro mucha lógica al comportamiento del asesino (asesina, asesine, asesinos, asesinas, asesines, etc…) y la explicación que dan es tal que así, como si quisieran mezclar varias cosas sin mucha claridad.

El capítulo, o película, o lo que sea «El misterio de la novia que esperó demasiado», termina con sorpresón para el siguiente, y ese sí que no debes perdértelo.