Vampiros en el siglo veintiuno en Corea del Sur. Estaba claro que iba a verla.

No esperaba nada de nada de «Heartbeat», de hecho los primeros minutos me dejaron ojiplática en el peor sentido: los efectos especiales, humanos que buscan la sangre del vampiro… En fin, flipante.

Creo que la clave de esta serie, lo mejor que tiene, es su planteamiento tan potente. Un vampiro que despierta, una casa antigua, una chica especial, una conexión, la necesidad de su sangre… Podría haber sido algo increíble, pero una vez más las series surcoreanas pecan de una blancura, de una pureza que me tiene ya harta.

No pido un hentai, narices, ni siquiera algo erótico, pero, mecachis, que haya un vampiro en la historia y no muerda ni una vez… Eso es delictivo. Está claro que el producto no puede soportar la carga sexual que tiene la mordedura del vampiro, así que se llega a unos extremos raros en los que hay vampiros que muerden… pero a hombres… Morderle a una mujer sería demasiado fuerte, así que prefieren hacer el juego vampírico entre hombres como si no pasara nada.

Los tres, cuatro primeros episodios son muy atrayentes, pero la historia no desarrolla todo su potencial, lo que podría haber sido. Dieciséis capítulos suelen ser muchos. Deberían hacerlas incluso más cortas. El final es feo, directamente.

Aun con todo, entretiene.