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España España · Málaga
Voto de Kaori:
7
Drama. Romance Chris Wilton (Jonathan Rhys Meyers) es un ambicioso y joven profesor de tenis con escasos recursos económicos. Gracias a su amistad con Tom Hewett (Mattew Goode), consigue entrar en la alta sociedad londinense y enamorar a su hermana Chloe (Emily Mortimer). Tom, por su parte, sale con Nola Rice (Johansson), una atractiva americana, de la que Chris se encapricha nada más verla. El azar, la pasión y, sobre todo, la ambición llevarán a ... [+]
17 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Realmente es así? ¿Es la fe, la creencia en un ente superior y divino, lo fácil y cómodo en este mundo donde parece desgobernar la justicia? ¿Quizá porque sin fe la existencia es baldía, implacable, inmoral, cuestión de mera suerte, y aceptar este hecho requiere de un esfuerzo difícil de soportar? Woody Allen lanza esta interesante idea entre amigos, en una cena a cuatro bandas, sin conclusiones definitivas, como es habitual; y analiza el sentido de la vida con la ayuda de su magnífico protagonista, con un magnífico Jonathan Rhys-Meyers.

Merece un párrafo a parte y en exclusiva dedicado a él. No hace falta ni que diga, y casi ni correspondería que lo dijese porque puede malinterpretarse como un menosprecio a su trabajo interpretativo, lo hermoso y sensual que es este hombre, siempre impecable en cada fotograma. Allen elige para su pesimista Chris Wilton a un adonis de apariencia perfecta y modales exquisitos, encantador y foráneo irlandés en una Londres lujosa, deportista hecho a sí mismo de ambición discreta y fina manipulación. Meyers, protagonista absoluto sin titubeos, se implica y se transforma en un personaje que no dejará indiferente por sus muchas complejidades, con la justa expresividad y la necesaria moderación, tan normal como cualquiera de nosotros, tan diferente al mismo tiempo.

Woody Allen recupera a Dostoievsky y vuelve a tratar el tema de la culpa y la justicia, aunque no permite demasiadas reflexiones sobre ello ni el argumento es tan punzante como ocurría en «Delitos y faltas». Con más drama que filosofía, «Match Point» se trata, cómo no, de un trabajo bien dirigido pero sin la brillantez acostumbrada (por ejemplo, creo que se nota la falsa naturalidad en los diálogos, que no destacan en su mayoría) y con una historia de amores, pasiones y caminos desesperados que puede confundir mucho sobre de qué va la película. Tranquilos, que ya lo veréis, y vale la pena.

Yo no sé si la fe es lo fácil o lo difícil, pero sí sé, estoy de acuerdo contigo, Woody, que sin ella nos convertimos en monstruos.
Kaori
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