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España España · Málaga
Voto de Kaori:
4
Acción. Intriga. Thriller Un hombre amnésico es rescatado por la tripulación de un barco pesquero italiano cuando flota a la deriva en el mar. No lleva nada consigo. Sólo las balas que lleva clavadas en la espalda y un número de cuenta de un banco suizo que lleva adherido a la cadera. Carece de identidad y de pasado, pero posee unas serie de talentos extraordinarios en artes lingüísticas, marciales y de autodefensa que sugieren una profesión de riesgo. Confuso y ... [+]
3 de mayo de 2012
5 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el devenir de la película, me encuentro con unos super agentes que viven cada uno en una ciudad europea, y entre esas ciudades aparece mi amada Barcelona, capital que, lo siento por Madrid, tiene más caché internacional. Me ha dado tanta alegría verla, que para ella es el título de mi crítica.

Además, fue justo en ese momento cuando la alarma en mi cerebro, que estaba dando señales de encendido, empezó a sonar como posesa avisándome de que la película que estaba viendo iniciaba el desvaríe y, con él, mi tendencia al cachondeo.

Bourne es un mega-super hombre que, desmemoriado a raíz de un (llamémosle) accidente, se pone a investigar por su cuenta sobre sí mismo para saber quién es y qué hace en este mundo, que es lo que todos haríamos en su lugar, claro. Por el camino, se encuentra a una loca (sí, loca, no me he equivocado de palabra) que se enamora perdidamente de él nada más verle, única explicación posible para todo su comportamiento. De mientras, hay un gran jefe que le sigue los pasos pero que en realidad no tiene ni idea de lo que hace, porque si en verdad lo supiera, la película se acabaría a los quince minutos.

Lo cual hubiera sido un desastre, porque nunca hubiera visto a Barcelona como centro de inteligencia, ni hubiera podido disfrutar de mi coche predilecto, el Mini rojo. No hubiésemos comprendido lo mucho que han cambiado los héroe de acción, que ya no tienen carisma ni motivaciones nobles; ni descubierto lo que puede enredarse una trama por el simple placer de enredar. También nos hubiéramos perdido un puñado de peleas a cual más graciosa: la que tiene lugar en el piso de Bourne es legendaria por lo inverosímil del ataque y del propio asesino. La caída libre del final también está muy bien, y para entonces me reía a carcajada limpia, comentado las capacidades casi sobrenaturales de Jason Bourne.

Le agradezco al director y guionistas la oportunidad que me han dado con «El caso Bourne» para reírme de lo lindo. El 7,3 ya no me hace tanta gracia. O sí. Qué importa.
Kaori
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