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España España · Málaga
Voto de Kaori:
7
Ciencia ficción. Aventuras Último capítulo de la trilogía de precuelas de Star Wars, en el que Anakin Skywalker definitivamente se pasa al lado oscuro. En el Episodio III aparece el General Grievous, un ser implacable mitad-alien mitad-robot, el líder del ejército separatista Droid. Los Sith son los amos del lado oscuro de la Fuerza y los enemigos de los Jedi. Fueron prácticamente exterminados por los Jedi hace mil años, pero esta orden del mal sobrevivió en la clandestinidad. (FILMAFFINITY) [+]
2 de febrero de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le queríamos, sí señor. Todos te queríamos, Anakin, ¿cómo nos haces esto? Yo no puedo soportar esta historia, la del joven que camina sobre el cielo y baja a los infiernos; una historia de ira, odio y sufrimiento que sólo lleva a la traición a uno mismo y a todo lo que amas; esta historia del Jedi de corazón bueno, del Sith que llora.

El héroe cae absorbido por el lado tenebroso de la Fuerza. Cae y no quiere caer, se lo vemos en el rostro, pero su miedo y su amor son tan fuertes que los poderes ocultos del reverso oscuro le suponen, contradictoriamente, su mayor esperanza. Que alguien se atreva a decirme que Hayden Christensen no está a la altura, que su interpretación es mala, que su mirada no nos transmite un mundo de caos y dolor. Anakin Skywalker madura, y Hayden madura con él, con un aspecto más sombrío, cicatriz incluida, y un viril atractivo que bien podría ser una buena excusa para echarnos en brazos de la oscuridad. Bravo, Christensen. Podríamos discutir durante horas si está justificada su transformación, y aunque en parte sí, en parte no: parece que nadie entre los Jedi, que son tan intuitivos, se da cuenta de lo que el muchacho padece, ama y duda. Es verdad que sus posturas son casi irreconciliables, porque Anakin no puede renunciar, tal y como manda el código Jedi, a las emociones, pero quién sabe si yendo de frente, si conociendo el conflicto, si apelando a sus mejores propósitos... Quién sabe, quién sabe...

Quizá «La venganza de los Sith» no sea ni la mejor de la saga ni una gran película, pero es que Darth Vader lo llena todo, como nunca antes lo había hecho, y como estábamos esperando sin desearlo este momento cumbre dentro de la historia de «Star Wars», el centro sobre el que gira lo que hemos visto a lo largo de tres décadas, pues hay que valorarla por ello. Desde que empieza la conversión de Anakin no hay respiro, ni siquiera para las lágrimas, porque yo me he hartado de llorar, y todavía corro el riesgo de necesitar pañuelos si leo, por ejemplo, la bella crítica de Pablo Kurt. La trama no deja cabos sueltos, y eso se agradece. En cambio, tengo la sensación de que esta vez los efectos especiales lastran el resultado final, ya que no pasan desapercibidos en ningún momento, siendo conscientes de la artificialidad de algunas cosas.

Se dirá en películas posteriores que Darth Vader mató a Anakin Skywalker, y no hay forma más poética de explicar esta tragedia. Darth Vader trasciende porque antes existió Anakin, que no se nos olvide. Este inolvidable Anakin amó, murió y regresará para cumplir la profecía.

Yo creo que la Fuerza, en realidad, nunca ha dejado de acompañarle.
Kaori
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