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España España · Málaga
Voto de Kaori:
3
Drama Nueva York, 1863. La ciudad está dominada por la corrupción política, y la guerra entre bandas provoca muertos y disturbios. En este contexto, el joven inmigrante irlandés Amsterdam Vallon (Leonardo DiCaprio) quiere vengarse de William Cutting, "Bill el carnicero" (Daniel Day-Lewis), el hombre que mató a su padre (Liam Neeson). (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cabría preguntarse, después de ver «Gangs of New York», dos cuestiones: una, qué me está queriendo decir Scorsese con su película; dos, si debemos sentirnos orgullosos de un pasado tan truculento y aborrecible, ejemplo de lo peor del ser humano.

Y es que parece que el bueno de Martin disfruta contándonos lo miserables que eran sus..., bueno, no diré antepasados porque este señor viene directo de Europa, pero sí que podríamos decir los antepasados de su país. Esto es lo preocupante: que se intuya cierto reconocimiento o admiración hacia unos criminales, hacia una turba manipulada, hacia una masa que propicia toda clase de males y de bajezas. La mafia, sea del siglo veinte, italiana, rusa o decimonónica, no es un ningún orgullo. Obsérvese si no a Bill el Carnicero, un personaje repelente interpretado, esa es su única gracia, por Daniel Day-Lewis; a mi me han dicho a la cara que este hombre era genial, que le encantaba, que era un máquina. Cómo va el mundo, por favor, qué distorsión tan aberrante del valor y del estilo.

En fin, que una vez recapacitamos sobre esto y respondemos a medias a lo que la película te pregunta, «Gangs of New York» puede considerarse una cinta totalmente artificial, martiniana y de permisividad variable; es decir, que la aguantas o no la aguantas según el momento. El principio largo es una cosa infumable, y eso que sale Liam Neeson partiendo la pana; la relación entre Amsterdam y Jenny se digiere bien, con un Dicaprio tan sólido y carismático como siempre y una Cameron Diaz muy correcta; las intrigas políticas y democráticas, aunque algo exageradas, pueden servir como testimonio de la hipocresía histórica, y la recta final cae en la autoalabanza, cosa que no cuela.

Floja, aunque me la esperaba peor. Como es de Scorsese, toma notaza en la página.
Kaori
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