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Voto de Kaori:
4
5.7
9,697
Thriller. Intriga. Terror
Un joven y ambicioso ejecutivo de empresa (Dane DeHaan) es enviado para traer de vuelta al CEO de su compañía, que se encuentra en un idílico pero misterioso "centro de bienestar", situado en un lugar remoto de los Alpes suizos. El joven pronto sospecha que los tratamientos milagrosos del centro no son lo que parecen. Cuando empieza a desentrañar sus terribles secretos, su cordura será puesta a prueba, pues de repente se encontrará ... [+]
17 de septiembre de 2017
46 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hombre, si tengo que elegir entre un Wall Street que me pone enferma de estrés y un balneario-secta, pues con los ojos cerrados me quedo enferma en mi ajetreada vida capitalista, que al menos en Nueva York los dentistas no son unos sádicos.
«La cura del bienestar» parte de esta idea, la idea del malestar generalizado que azota las sociedades ricas, insatisfechas, solitarias, estresadas y ambiciosas, y que produce la autodestrucción del hombre. Solo que no nos damos cuenta del daño que nos hace, del mismo modo que los pacientes del balneario no se dan cuenta del daño que le hacen a ellos, seguros y engañados por un falso sueño de felicidad. ¿No hay forma, acaso, de despertar de este círculo inacabable, de esta habitación sin salida?
Gore Verbinski ofrece una película impactante y bien realizada pero que comete unas cuantas imprudencias argumentales que podrían haberse evitado con facilidad. «La cura del bienestar» tiene un formato inquietante, personajes sospechosos en cuanto aparecen, lo que ya está muy visto, y un desenlace que encuentro demasiado ficticio. DeHaan está muy bien, su misma cara inquieta de por sí, Jason Isaacs es el anfitrión perfecto para un idílico balneario suizo en el que cuesta creer que en pleno siglo veintiuno ocurran estas cosas y Mia Goth tiene ese punto erótico-perverso que poco a poco se irá asentando por causas ajenas a ella. Pobrecita Hannah. Sin duda la película cuenta con el acierto de saber introducir tensión en el espectador: ver sufrir a una persona suele producir empatía con el espectador, pero mayor simpatía aún es si quien sufre, o puede sufrir, es una joven inocente. Entonces ambos sufrimientos se combinan y el encanto reside en llegar al límite sin sobrepasarlo, y «La cura del bienestar» logra este punto en el que, después del horror, podemos respirar algo más tranquilos.
Eso sí, las dos horas y media son demasiado y algunas escenas son realmente desagradables, y no porque haya nada especialmente sangriento o elementos asquerosos, al contrario, la peli es bastante limpia; sino que el dolor, el malestar, puede venir de dónde menos te lo esperes y de formas que no habías imaginado.
Suiza es muy bonita, no le tengáis miedo.
«La cura del bienestar» parte de esta idea, la idea del malestar generalizado que azota las sociedades ricas, insatisfechas, solitarias, estresadas y ambiciosas, y que produce la autodestrucción del hombre. Solo que no nos damos cuenta del daño que nos hace, del mismo modo que los pacientes del balneario no se dan cuenta del daño que le hacen a ellos, seguros y engañados por un falso sueño de felicidad. ¿No hay forma, acaso, de despertar de este círculo inacabable, de esta habitación sin salida?
Gore Verbinski ofrece una película impactante y bien realizada pero que comete unas cuantas imprudencias argumentales que podrían haberse evitado con facilidad. «La cura del bienestar» tiene un formato inquietante, personajes sospechosos en cuanto aparecen, lo que ya está muy visto, y un desenlace que encuentro demasiado ficticio. DeHaan está muy bien, su misma cara inquieta de por sí, Jason Isaacs es el anfitrión perfecto para un idílico balneario suizo en el que cuesta creer que en pleno siglo veintiuno ocurran estas cosas y Mia Goth tiene ese punto erótico-perverso que poco a poco se irá asentando por causas ajenas a ella. Pobrecita Hannah. Sin duda la película cuenta con el acierto de saber introducir tensión en el espectador: ver sufrir a una persona suele producir empatía con el espectador, pero mayor simpatía aún es si quien sufre, o puede sufrir, es una joven inocente. Entonces ambos sufrimientos se combinan y el encanto reside en llegar al límite sin sobrepasarlo, y «La cura del bienestar» logra este punto en el que, después del horror, podemos respirar algo más tranquilos.
Eso sí, las dos horas y media son demasiado y algunas escenas son realmente desagradables, y no porque haya nada especialmente sangriento o elementos asquerosos, al contrario, la peli es bastante limpia; sino que el dolor, el malestar, puede venir de dónde menos te lo esperes y de formas que no habías imaginado.
Suiza es muy bonita, no le tengáis miedo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
-La trama principal no queda para nada esclarecida. ¿Es el agua de esa zona lo que alarga la vida de las anguilas? Si es así, ¿por qué no se la toman y punto? Si no es así, ¿por qué viven más las anguilas? ¿El agua tiene algo especial? ¿Cómo se llegó a esa fusión de agua-anguilas-humanos para destilar el elixir? Las anguilas, ¿se alimentan de humanos para poder seguir viviendo? Quién entiende esto.
-¿Puede mantenerse un balneario durante doscientos años con gente inmortal sin que nadie se dé cuenta, ni siquiera en 2016 y con un pueblo al lado? Que Suiza no está aislada de la civilización, ¿eh?
-¿Pueden desaparecer personas de todo el mundo durante doscientos años sin que se sospeche ni un poquito? ¿De verdad no hay alguien de los que van al balneario que tenga ni un mísero amigo, el portero mismo de su edificio, para que denuncie su desaparición?
-Ya es mucho suponer que: queman a una mujer, le abren el vientre, sacan el feto, lo tiran al agua... y el bebé sobrevive. Ejem.
-¿Por qué los pacientes parecen haber perdido la razón? ¿Qué les pasa en el cerebro? ¿Por qué unos sí y otros no?
-¿Cómo se inserta la escena en la que se ve a Lockhart en la cremación de su madre? En esos momentos él está en Suiza...
-Pero ¿por qué narices el doctor Volmer ingresa contra su voluntad a Lockhart? Vamos a ver: este chico ha ido allí para llevarse a un paciente. Si el chico se va con el paciente, aquí no ha pasado nada y todos sus planes siguen adelante. Pero no, al chaval le empiezan a comer la cabeza, a mirar rarito, un misterio por allí, un vasito de agua por acá, y así retenerlo a toda costa. ¿Por qué te delatas tú solo, Volmer?
-Peor aún es cuando Lockhart ya empieza de verdad a meter las narices donde no le llaman y los malos... ¡no hacen nada para evitarlo! Le siguen dando cuerda y, como mucho, lo torturan. Pues hijo, mátalo, deshidrátalo. Volmer, amigo, llevas siglos esperando poder engendrar con tu hija y así continuar tu linaje puro... y lo echas todo por la borda por empeñarte en tener como paciente a Lockhart. No tiene sentido.
-¿Y la manía de Lockhart por llevarse a Prembroke? No es nada suyo, solo su jefe, no ha tenido mucho contacto con él... y el chaval es una especie de «no sin mi hija» pero con Prembroke.
-Estos tres últimos puntos se hubieran solucionado simplemente haciendo que Lockhart fuese un paciente más que va por su propia voluntad al balneario. De esta manera, evitas lo del ingreso involuntario porque sí y no fuerzas el guion de esa manera. Luego el chico puede ir descubriendo cosas que no le gustan y, de hecho, el resto de la historia puede ser casi la misma.
-¿Puede mantenerse un balneario durante doscientos años con gente inmortal sin que nadie se dé cuenta, ni siquiera en 2016 y con un pueblo al lado? Que Suiza no está aislada de la civilización, ¿eh?
-¿Pueden desaparecer personas de todo el mundo durante doscientos años sin que se sospeche ni un poquito? ¿De verdad no hay alguien de los que van al balneario que tenga ni un mísero amigo, el portero mismo de su edificio, para que denuncie su desaparición?
-Ya es mucho suponer que: queman a una mujer, le abren el vientre, sacan el feto, lo tiran al agua... y el bebé sobrevive. Ejem.
-¿Por qué los pacientes parecen haber perdido la razón? ¿Qué les pasa en el cerebro? ¿Por qué unos sí y otros no?
-¿Cómo se inserta la escena en la que se ve a Lockhart en la cremación de su madre? En esos momentos él está en Suiza...
-Pero ¿por qué narices el doctor Volmer ingresa contra su voluntad a Lockhart? Vamos a ver: este chico ha ido allí para llevarse a un paciente. Si el chico se va con el paciente, aquí no ha pasado nada y todos sus planes siguen adelante. Pero no, al chaval le empiezan a comer la cabeza, a mirar rarito, un misterio por allí, un vasito de agua por acá, y así retenerlo a toda costa. ¿Por qué te delatas tú solo, Volmer?
-Peor aún es cuando Lockhart ya empieza de verdad a meter las narices donde no le llaman y los malos... ¡no hacen nada para evitarlo! Le siguen dando cuerda y, como mucho, lo torturan. Pues hijo, mátalo, deshidrátalo. Volmer, amigo, llevas siglos esperando poder engendrar con tu hija y así continuar tu linaje puro... y lo echas todo por la borda por empeñarte en tener como paciente a Lockhart. No tiene sentido.
-¿Y la manía de Lockhart por llevarse a Prembroke? No es nada suyo, solo su jefe, no ha tenido mucho contacto con él... y el chaval es una especie de «no sin mi hija» pero con Prembroke.
-Estos tres últimos puntos se hubieran solucionado simplemente haciendo que Lockhart fuese un paciente más que va por su propia voluntad al balneario. De esta manera, evitas lo del ingreso involuntario porque sí y no fuerzas el guion de esa manera. Luego el chico puede ir descubriendo cosas que no le gustan y, de hecho, el resto de la historia puede ser casi la misma.