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España España · Málaga
Voto de Kaori:
8
Terror. Acción. Ciencia ficción. Drama Un virus letal se expande por Corea del Sur, provocando violentos altercados. Los pasajeros de un tren KTX que viaja de Seúl a Busan tendrán que luchar por su supervivencia. (FILMAFFINITY)
15 de diciembre de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mis referentes dentro del género zombi son obras tan dispares como «Guerra mundial Z», injustamente denostada, «Dead Rising 2» o la española «No perturbar el sueño de los muertos», lo que sería mi trilogía zombi particular. Pues bien, a esta pequeña lista hay que añadir «Tren a Busan». Porque sencillamente tienes que verla, te guste o no el género.

Sí, nos damos cuenta de que estos zombis son capaces de romper o no los cristales de puertas y ventanas según convenga, que la oposición de algunos pasajeros es bastante discutible, que no se resuelven bien algunos conflictos de los que no se sabe muy bien cómo salir y de que una mujer embarazada es prácticamente imposible que sea capaz de correr tanto delante de una horda de zombis. Muy cierto, y aun así «Tren a Busan» es una de las grandes buenas sorpresas del cine del siglo veintiuno.

Yeon Sang-ho construye un relato maduro de acción pura de alto entretenimiento que, además, no queda reducido solo a eso. Que no es lo mismo esto que mezclar géneros sin ton ni son y olvidarte de lo que, en esencia, es el tema principal, en este caso un ataque zombi. El arte consiste en saber aprovechar al máximo las posibilidades que la idea tiene y darle volumen y riqueza de manera bien insertada e inteligente. Así, uno de sus grandes acierto es que se trata de una película equilibrada en su manejo del drama, consecuente en su mensaje y trasfondo, y tan adrenalítica, e incluso épica, que estarás con el corazón en un puño hasta el último minuto.

La realización de Yeon Sang-ho es excelente, con una capacidad de imprimir tensión e intensidad a las secuencias de acción sin necesidad de hacer una carnicería gore, y los personajes son espléndidos, enormes. Tanto protagonistas como secundarios son héroes y heroínas accidentales que se ganan nuestra complicidad y admiración, no a través de lo que cuentan, dejémonos de rollos hablados y de voces en off, sino de lo que vemos, lo que se nos muestra de ellos a través del guion. Aquí sí hay coherencia entre el entorno apocalíptico y la actitud tensa y sufriente de los protagonistas, que se dejan la piel, cuando no el alma, no ya en sobrevivir, que es prosaico, sino en permitir que otros vivan, que es lo poético.

Porque sí, en «Tren a Busan» también hay poesía. No solo eso, sino que recupera la gran lírica de la tragedia, de la muerte, e incluye la transformación zombi más hermosa que hemos visto nunca. Lo que no es poco.

Gracias, Corea.
Kaori
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