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España España · Málaga
Voto de Kaori:
3
Comedia. Drama En Roma, durante el verano, nobles decadentes, arribistas, políticos, criminales de altos vuelos, periodistas, actores, prelados, artistas e intelectuales tejen una trama de relaciones inconsistentes que se desarrollan en fastuosos palacios y villas. El centro de todas las reuniones es Jep Gambardella (Toni Servillo), un escritor de 65 años que escribió un solo libro y practica el periodismo. Dominado por la indolencia y el hastío, ... [+]
15 de diciembre de 2018
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hacen falta más de dos minutos, por no decir uno, para saber que con «La gran belleza» te vas a encontrar con una obra pedante, superficial y ridícula que, por supuesto, por ser italiana gana caché. Pues, mira, no.

Para empezar, esto ya lo hizo Fellini con «La Dolce Vita». Es que son iguales, calcadas, y si la otra era mala de narices podremos imaginar que la de Sorrentino no va a ser mucho mejor. Esta historia de gente decadente, en teoría, y muy desilusionada de la vida la hemos visto unas decenas de veces de una manera o de otra y aunque se pueden hacer temas recurrentes el problema fundamental de «La gran belleza» es que pretende abarcar mucho pero en realidad no abarca nada.

La sensación definitiva que me deja esta película es que Sorrentino se dedica a criticar por criticar, como si se pusiera en la puerta de su casa a decir por la espalda lo mal que le cae Manolita sin más argumento que la manía personal. Eso está bien para la puerta de tu casa o en un corrillo de amigos pero no para gastarse el dinero en una película. Se necesita un discurso elaborado, algo que justifique el porqué de esos personajes. Hablar de causas, aunque sea en hipótesis, y efectos. No echar solo basura encima.

Vayamos a un ejemplo, que quiero que se me entienda. El tema religioso se despacha con un «yo sé que usted no tiene respuestas» a un obispo inútil obsesionado con la cocina. Ya está. Parece que va a haber debate pero ¿de qué vas a reflexionar si lo único que te interesa es criticar a la Iglesia porque ya sabemos que es muy mala? Sorrentino recurre, en esto y en todo, a la forma fácil y obvia de criticar lo que se espera que sea criticable y poder quejarte aunque no expliques de qué te estás quejando realmente.

Porque es muy fácil poner ricos y artistas que se drogan…, lo difícil es hacer comprensibles a estos seres humanos, tratarlos como seres inteligentes y no como caricaturas grotescas a los que juzgas como vacíos sin, repito, justificárnoslo. Es posible que a fin de cuentas haya ternura en Sorrentino hacia estos personajes y de que la gran belleza esté en todas partes, pero ninguna de esas conclusiones evita las dos horas y media de esperpento que no va más allá de lo evidente. ¿Esa escena del bótox de dónde diantres sale? ¿Esas fiestas con señoras de cincuenta años bailando borrachas? ¿La religiosa decrépita? ¿Las cigüeñas en la terraza? ¿La relación entre el amigo y la aspirante a actriz que no hay quien se la crea? ¿Una señora enana como directora de un periódico romano? ¿El espectáculo de la niña pintora...? Vamos, hombre.

Lo mejor es la música de Lele Marchitelli.
Kaori
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