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España España · Laguna de Duero
Voto de mantaypeli:
5
Drama Tras un aterrizaje de emergencia en medio del campo gracias al cual salvan la vida un centenar de pasajeros, el comandante Whip Whitaker (Denzel Washington), que pilotaba el avión, es considerado un héroe nacional. Sin embargo, cuando se pone en marcha la investigación para determinar las causas de la avería, se averigua que el capitán tenía exceso de alcohol en la sangre. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2013
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vuelta de Robert Zemeckis al cine convencional tras casi una década de devaneos con la animación digital llega con un producto hecho a medida del lucimiento interpretativo de Denzel Washington. El vuelo es una correcta película sobre catástrofes que pretende ahondar en la psique del individuo sin lograrlo. También aspira a ser un retrato social, con descenso a los infiernos de las adicciones incluido, repleto de moralina de mercadillo. Por todo esto, una muy prometedora película, con un soberbio arranque y una no menos magnífica planificación de su primera media hora, queda reducida a un soporífero bluff. Nada ni nadie puede salvarla una vez finiquitado el clímax inicial. Ni la actuación de su rutilante estrella principal, ni la cohorte de secundarios colocados de manera estratégica para mantener la atención del espectador. Nada funciona después de esos primeros 25 minutos.

Las casi dos horas siguientes de metraje se hacen interminables. Lo que en un principio parecía una interpretación digna de la estatuilla para el bueno de Denzel termina atufando a impostura. Un tic detrás de otro, unido a un guion deslavazado -obra de John Gatins-, consigue sacarte de la película. Por su parte, Zemeckis recurre a las mismas argucias que Washington; aunque al realizador se le descubre antes el cartón. El abuso de la música -y no hablo del aceptable score de Alan Silvestri- para subrayar la acción que se desarrolla en pantalla demuestra una falta de confianza en el talento propio que en ocasiones sonroja.

La dirección de personajes brilla por su ausencia. El tono de desgana generalizada se hace más patente en el tramo final de la cinta. Cuando ya todas las cartas están sobre la mesa y hemos asistido al desfile de un tópico detrás de otro. Es en ese mesiánico instante final en el que tanto actor como director tratan de congraciarse con el público cuando el espectador asiste a una catástrofe aun mayor que la aérea. Lo han engañado de manera deliberada y, por si fuera poco, han dejado un rosario de pruebas a la vista de todo el mundo.
mantaypeli
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