Parker, la nueva película de Jason Stahman, sigue la línea habitual de acción a la que nos tiene acostumbrados este actor inglés. Si bien es cierto, este Parker es menos explosivo que Frank Martin en Transporter o Chev Chelios en Crank. La razón de ésto, se deba, muy posiblemente, a la incomprensible aparición de Jennifer Lopez. Y es que al ver esta película, mas de uno se habrá preguntado: ¿Qué pinta esta señora en la cinta?. Es un misterio, pero lo cierto es que gracias a su aparición la película se alarga innecesariamente, para contar una historia paralela totalmente prescindible, cortando la acción frenética que podría haber tenido Parker en su particular venganza, a la caza de sus ex-compañeros delincuentes.
Sin embargo, ahí tenemos a la cuarentona Jennifer Lopez, exhibiéndose en ropa interior delante de un Jason Statham, mas preocupado por ajustar cuentas con sus ex-compañeros de fechorías y reunirse luego con su novia en un lugar paradisíaco. Pero no, nadie se va a librar de aguantarla. Ahí la tenemos. La película se alarga media hora mas por su historia, haciendo que el metraje, se torne en ciertos momentos aburrido.
Su historia romántico-dramática habría podido quedar bien en otra película, pero en Parker está de mas.
Es curioso ver, como desde un primer momento, Parker pasa olímpicamente de la diva Lopez y es que no ya es la misma que pusiera a cien a Sean Penn en giro al Infierno. En esta ocasión Parker tiene novia, así que su actuación de segundona da lástima, por lo que podrían habérsela evitado y haberse centrado mas en la acción que siempre nos regala Jason Statham en sus apariciones.