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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
10
Drama A finales de la Época Heian en el siglo XII, el gobernador de un pueblo es enviado al exilio. A pesar de que su familia quiere ir con él, ninguno podrá acompañarle, pues, engañados por una vieja que se hace pasar por sacerdotisa, son vendidos como esclavos por separado: la madre por un lado y los hijos por otro. (FILMAFFINITY)
2 de septiembre de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perteneciente a una etapa a comienzos de los 50 en que el maestro abordó el género jidai-geki (drama de época) basado en historias del folklore japonés con el resultado de una serie de películas entre las que se encuentran las más populares y premiadas. En este caso basada en el primer cuento del libro de relatos cortos de Mori Ogai (1862-1922) de título homónimo. Parece que la idea inicial de Mizoguchi era centrarse en este despótico personaje que regenta un latifundio esclavista propiedad del emperador, pero al final optó por la historia de los dos hermanos vendidos como esclavos.

La fotografía de su imprescindible Kazuo Miyagawa captura en blanco y negro toda la esencia de este cuento trágico en el que el director, enfermo ya de leucemia vuelve a reencontrarse con su traumático pasado como fue el sacrificio de su hermana, vendida por su despótico y maltratador padre. Toda la película es una obra maestra, con un tratamiento narrativo exquisito donde destacan los sentimientos encadenados mediante escenas similares, la dureza y brutalidad de algunas escenas con una belleza formal en las que lo trágico y lo bello forman una mezcla impactante en la memoria del espectador.

Un alegato a favor de la justicia social, la caridad incluso con el enemigo y de la integridad personal en contra de una visión pesimista reflejada en el texto de uno de los personajes: "(...) Pero el mundo era mucho más cruel de lo que yo imaginaba, de nada sirve la voluntad de una sola persona, al ser humano le son indiferentes las desgracias cuando no le afectan directamente, la piedad se rinde ante el egoísmo. La vida es muy dura, los seres humanos son crueles y en lo más profundo de su ser solo saben pensar en si mismos."

Palabra de Mizoguchi
ELZIETE
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