El cine de Gerardo Olivares, es un cine absolutamente comprometido con la naturaleza y los seres que lo habitan incluido la especie humana. De su relación en "igualdad" y respeto mutuo ha hecho su leit motiv cinematográfico. Dice Olivares que es incapaz de rodar en estudio. Su cine es personal y espero que no intransferible a otros directores. El aspecto documental se funde con la ficción necesaria, aunque se base en hechos reales como este para atraer a un espectro de público más amplio, que justifique la inversión siempre rácana y complicada en este país y más para este tipo de propuestas. Que primeras figuras como Verdú se impliquen en estos proyecto también ayuda a su visibilidad. Tanto ella como Furriel se entregan a sus personajes en una historia emotiva donde el director al final se ha tenido que esforzar para no desnivelar demasiado la balanza hacia un drama romántico más que otra cosa, que por muy emotivo que termine resultando ser acaba por desvirtuar el espíritu de este cine donde la naturaleza es por derecho propio el auténtico protagonista.

La historia parte de la propia vida y sus experiencias del guardafauna argentino Roberto Bubas que también ha participado en el rodaje y que a raíz de su "excesivo" trato con las Orcas ha sido relegado a tareas donde tiene prohibido contactar con ellas físicamente. Desde mi punto de vista lo mejor que se puede hacer con los animales es respetarlos y dejarlos en paz. Sabemos muy poco sobre los animales, más allá de lo que nos interesa para explotarlos y beneficiarnos de ellos antes de que los extingamos. Algunos incluso han llegado a establecer una relación casi siempre desventajosa para ellos con los humanos como los perros o los gatos. Es sabido de la labor terapéutica que produce el contacto con animales, pero el riesgo que ello conlleva con determinadas especies es como para tomárselo con un rigor y una seriedad que implica un estudio profundo, con los medios necesarios y no invasivo de su mundo. Lo que se narra en la película es una excepción a la regla que puede enviar un mensaje tan esperanzador y positivo como peligroso, contradictorio y probablemente nada beneficioso para los animales dado como nos las gastamos los humanos, por mucho que ayudara a este niño, nos enseñe cosas y tenga toda la buena intención de Olivares y Bubas.

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