¿Segundas partes nunca fueron buenas? Una vez más, el cine nos demuestra la falsedad de esta ocurrente afirmación. Y, en esta ocasión, bajo el servicio de John Krasinski, que vuelve a patentar una gran capacidad para generar momentos de tensión y angustia, tal y como lo hizo en "Un Lugar Tranquilo". Esta segunda parte es buena, bastante buena, a la altura de la primera, con unos personajes que dan un correcto juego a la historia, tan accidentada como excepcional.

Mención aparte para el sonido. Si "Un Lugar Tranquilo" obtuvo varias nominaciones a ser premiada como película con mejor sonido, esta secuela es una especie de ASMR llevado al cine. Me resulta sublime la forma en la que los efectos sonoros son capaces de introducirte en la película, aislándote completamente de todo lo que ocurre alrededor. Sin duda alguna, este aspecto, que también tiene mucha incidencia en la trama, es fundamental para recrearse en el suspense, y eso el director lo sabe de sobra.

El hilo conductor de las historias también es significativo, ya que salta de una a otra continuamente dado que acontecen al mismo tiempo. Esta alternancia suele ocurrir cuando transcurren escenas que finalmente acabarán conectadas o que tienen directamente algo que ver entre ellas, pero no cuando un suceso no influye en el otro y viceversa, por lo que bien entiendo que esto podría menguar la acción para ciertos espectadores.

Lo mejor: Los efectos de sonido.

Lo peor: La falta de algún momento que muestre la supervivencia básica para hacer más creíble la historia.

"Un Lugar Tranquilo 2" suma y sigue por el buen camino de las películas de suspense.