Realmente la cosa rondaría el 3´5. Muy pocas películas que presentan un nuevo personaje heroico, villano o camino de ambas cosas ha salido sin malas críticas. Obvio me refiero a los personajes menores, menos conocidos y con menos caché. Y Black Adam no se libra de esto, y peca de todos los errores que suelen tener este tipo de películas.

No es para nada mala, ni aburrida pero tampoco es espectacular, un reinvento. Tampoco hay que pedirle eso, es una simple película de superhéroes, que si, podría dar algo más de sí, pero tampoco podemos culparlas de utilizar la fórmula que triunfó hace 15 años. El simple guion que tiene la introducción de un nuevo personaje a veces puede ocasionar tirria.

Los primeros quince minutos nos ponen en contexto de la creación de dicho personaje, la hora y media siguiente, nos lo da a conocer, nos desarrolla su contexto, sus poderes, sus limitaciones y sus expectativas. Los últimos quince minutos vemos su gran poder, un giro de guion y el inicio de su legado.

Y el problema de DC no es este, de querer introducir nuevos héroes con nuevas películas, utilizando la misma fórmula que llevan utilizando década y media. El problema es que nos pueden presentar a personajes que pueden tener una gran relevancia, una relevancia media o incluso, que no vuelva a aparecer en el universo cinematográfico. Por lo tanto, para que va uno a preocuparse de conocer algo que puede que no desarrollen.