Tan extraña, innovadora y pretenciosa, como hueca, estrafalaria y regresiva.
Adaptación teatral de Tennessee Williams por el especialista Mankiewicz.
Crítica sobre los tratamientos de psiquiatría de mediados del siglo XX y, sobre todo, de la cuestión de la homosexualidad tratada a nivel peyorativo enfermizo.
Dividida en dos actos y el final conclusivo.
El primero es una disertación dialogada, de las hipótesis conservadoras sureñas de partida, en la que brilla Hepburn por encima del apagado y descolocado Clift.
El segundo es el aburrido y sexualmente implícito tratamiento psiquiátrico entre el médico y la fallida paciente Taylor.
Las conclusiones y el final quieren golpear con contundencia y mostrar los hechos reales sobre Sebastian, pero consigue todo lo contrario y resulta tan perturbadora y metafórica como fallida.