Ésta es una comedia familiar para entretener a los pequeños de la casa. Humor pueblerino, porque siempre gusta ver que hay alguien más cateto que uno mismo, aunque sea en ficción. Pero 20 años no pasan en balde, y ya no se hace humor sobre los catetos de pueblo (han digievolucionado y ahora se llaman canis), ni sobre mariquitas, ni sobre cojos, para suerte nuestra y desgracia de Paco Arévalo.

Erika Eleniak enseña menos que en "los vigilantes de la playa", pero con coletas y fingiendo inocencia tiene su morbillo.