Rachel Weisz es como los buenos vinos, que mejora con la edad. Aquí la tenemos con 33 añitos, y me parece más atractiva en la actualidad, con 51, o al menos cuando tenía 45.

Esta es la típica película de timadores. Todas siguen el mismo esquema. La película empieza con el final de un timo sencillo a un incauto, que sirve como introducción de los personajes. Entonces surge algún problema y los timadores se ven obligados a hacer un nuevo timo, pero esta vez a lo grande. Se incorporan nuevos personajes con un alto grado de protagonismo, y se planifica y se lleva a cabo el nuevo timo, no sin antes hacer dos o tres giros de guión donde unos y otros son engañados por un timo aún más sofisticado y retorcido para dejar al espectador con el culo torcido.

Es una peli como las que se hacían antes de la era digital y de los actores y actrices "del pelotazo" de la factoría Disney / Nickeoledon. El único personaje que no me ha convencido ha sido el de Andy García. Cuesta creerse que es un agente del FBI con ese traje de latifundista sureño.