Pues creo que no colega... No del todo.
Visto un 7 de noviembre de 2020, la acción que construye, y así debió de fliparlo la gente en su momento, Lexi Alexander es muy carcajable (palabro), y tiene mucha. Mucha. Y también presume de contener cagadas narrativas del tamaño de un campo de fútbol, y no el de uno pequeño. Cierto es, y lógico será, que quien reproduzca esta pequeña joya de la acción gamberra desenfrenada con gotas inclusive de "Spam" no se va a molestar en equiparse con lupa, papel y bolígrafo. No venimos a eso. Estamos de acuerdo. Yo sólo pido un mínimo de base argumental y conflictiva, y coherencia dramática y expeditiva. Pido mucho. Por pedir...


Pediría más que nada que sus efectos especiales cutres su mayoría (y lo digo por especial mención a ese lanzacohetes, bazuca o lo que sea que vemos) hubieran recibido mayor aporte económico de su responsable. ¿Se quedó sin parné ese día Alexander?
Lo demás... es lo que se espera ver. Aunque digo que no es tan violenta como algunos han llegado a pintarla. Que va.
Esto, más que nada, es un videojuego (que sí, mola) con música de Slipknot pegada en su tercio final. Esto está de puta madre, pensarías al terminar de editarla. ¿Verdad Lexi Alexander?

Hace falta algo más que dinamismo, acción por un tubo, un parón considerable de ritmo, y un tio con cara de desayunar clavos. Y sino, pregúntaselo al responsable de John Wick.

Nota: 5'5