¿Pueden superarse The Simpsons?. Obviamente no, nadie puede rendir al 110% (por definición), pero he de confesar que apenas podía creerme que Matt Groening y su selecto gabinete de guionistas pudieran hacer algo tan bueno. La única pega que puede ponerse a Futurama es que, a diferencia de Springfield, se reserva el derecho de admisión. El humor que se nos propone sigue siendo fresco, inteligente y universal, pero el público objetivo se ha restringido, de modo que si no se ha nacido entre 1970 y 1990 y no se es un poco friki no se puede disfrutar plenamente de este festín para geeks, nerds y otros miembros de la muchachada inquieta. Las contínuas alusiones al acervo cultural de la Ciencia ficción de estos años y a la entrada en la era digital posiblemente hagan que la serie envejezca regular y que a muchos no les llame la atención, pero la agilidad de los guiones, el diseño de personajes y las tramas absolutamente abracadabrantes son de una brillantez que debe ser alabada. Por otra parte, la Sci-Fi siempre fue el mejor vehículo para hacer sátira del presente, y aquí no se tiene piedad alguna.