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México México · México Distrito Federal
Voto de Coleccionista Visual:
7
Comedia. Drama 'Bardo' es una comedia nostálgica en el marco de un viaje épico. Una crónica de incertidumbres donde el protagonista, un reconocido periodista y documentalista mexicano, regresa a su país enfrentando su identidad, sus afectos familiares o la absurdidad de sus memorias, así como el pasado y la nueva realidad de su país.
19 de diciembre de 2022
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, como mexicano es una expresión que se suele escuchar ante tantas disyuntivas que vivimos como país —de ahí la figura que prefiere no nacer en este preámbulo de todo una serie de cuestiones que Iñárritu plantea.

Ciertamente sí se percibe su pretensión al hacer un cine onírico, de planos largos e incluso contemplativos característicos de títulos para festival y que muchas veces incomprendido por un público que no conecta con el cine de autor. No obstante, la plataforma Netflix le apuesta al director con un filme que aborda la complejidad de un país acomplejado, ignorante, hipócrita y contradictorio.

Esa crítica alcanza los dobles discursos empleados y por haber, no sólo por figuras reconocidas, sino por una población ensimismada y egoísta que no empatiza con su historia ni con el dolor de los oprimidos y que dice «estoy con ustedes, pero yo no vivo aquí», «estoy con ustedes, pero primero voy yo», «es mi país, pero lo veo desde mi pasteurizada realidad».

Es una película ambiciosa en la que su protagonista regresa a reconocer un México de dramas estrechamente vinculados a su historia y al desden instaurado en el mestizaje, quienes sin reconocer sus actitudes racistas y de menosprecio hacia los ancestros sigue enalteciendo al extranjero o al que tiene porte, o simplemente a aquel que compra conciencias.

Una película que trae a colación a personalidades que ni siquiera son contradictorias, sino directas en sus posturas y que se sirven de cargos para encumbrarse como líderes de opinión** con miras a entorpecer nuestro propio reconocimiento como pueblo y en la continuidad del blanco sobre el indio.

González Iñárritu trae una producción ambiciosa, de fotografías del Centro Histórico de México grandiosas, una iluminación de las locaciones y sets para recrear lo habitual y lo extraordinario fastuosamente.

Daniel Giménez Cacho —ni mandado hacer—, cumple a cabalidad con el fenotipo del personaje, un criollo respetado en su México y desconocido en tierras estadounidenses, que emigró con muchas cuestiones de labor, pero sobre todo personales, pero que regresa al país en un estado de transición cercano a la muerte, Bardo*.

*En el bardo budista.

**Queda en claro la ignorancia de Carlos Loret de Mola —al asegurar que no sabe de cine, lo cual no tiene nada de malo y no porque yo sea un experto (nada más lejos). Lo que sí es de sorprender, es el intento de hacer una entrevista viciada, sin mayor comprensión de la cinta y sin reparos hacia una autocrítica (como supuesto líder de opinión), con la que busca la redención en el periodismo, pero lejos de comprender la reflexión que Iñárritu con «Bardo».

**Algunas escenas de está película, nos pueden remitir a la incultura total de mujeres como Lilly Téllez en el Senado de la República y en redes sociales y a Laura Zapata en medios, con unas declaraciones torpes y soeces sobre la prevalencia de clases que dejan al descubierto una formación prejuiciosa, anticuada, pero sobre todo negada al abandono de estas ideas y actitudes retrógradas.

**O también de un sujeto inmaduro y prepotente que por el hecho de tener un emporio televisivo, cree tener el derecho de humillar a todo aquel que no comulgue con el credo de la obediencia.
Coleccionista Visual
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