Netflix a través de sus algoritmos y el juego mediático destapa sus cartas con algunas de sus producciones, de tal manera que siembra entre los usuarios la semilla de la curiosidad aunada con la originalidad de las producciones en cuestión para crear un boom global que las coloque en la mira y sean consumidas por la vorigen de los contenidos.

Con esta tendencia «El juego del calamar» parece haberse tragado el efecto del artilugio llamado «Casa de papel» en donde lo vistoso vuelven a ser los overalls y unos losers que juegan a apostarle al dinero fácil, pero en donde vencer al contrincante sí es un trabajo en equipo pero decisivo en lo individual.

Dentro de un contexto lúdico-mortal se ha convocado a ese sector de la sociedad sin fortuna, pero de ambición ilimitada que los enfrentará unos a otros e incluso colocarlos en la disyuntiva que contraen los escrúpulos en un juego de supervivencia, pero con un premio que le resolverá la vida económica a quien logré superar las todas pruebas.

Con una trama que funciona muy bien, pero que adolece en lógica, deja al descubierto que si encanto podría derivarse de la fascinación por lo que la ornamenta que por el trasfondo en un mundo de constante competencia, que te aniquila de no jugar bajo sus reglas.

Dinámica y entretenida, a la que le faltó pulir algunos aspectos.