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Voto de Juan Marey:
9
Terror. Thriller. Aventuras. Intriga El conde Zaroff es un loco millonario que vive en una isla solitaria y se dedica a cazar a los náufragos como si fueran animales. (FILMAFFINITY)
27 de diciembre de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las joyas de la mítica productora RKO. Esta pequeña maravilla viene de la mano de dos de los grandes maestros del género, Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper, quienes aquí colaboraron con otro talento, Irving Pichel. Schoedsack y Cooper venían algo apretados con los números del presupuesto, ya que los decorados construidos para el proyecto que estaban rodando – la maravillosa King Kong (1933) - les habían salido muy caros, y decidieron montar una segunda película para recuperar costos, utilizando los mismos sets. Así fue como filmaron de noche este filme, mientras que el día lo dedicaban a seguir elaborando la inolvidable aventura del simio gigante. Y tanto sería el talento de este equipo que la película de relleno terminó por convertirse en un clásico por mérito propio.

Adaptación del cuento corto “The Most Dangerous Game”, firmado por Richard Connell en 1924, “El Malvado Zaroff” plantea una de las ideas más crueles, por su conexión con nuestra realidad, que ha dado el cine fantástico: el hecho de que el ser humano se reduzca a su condición animal al igual que lo hace cada día cualquier ser vivo que acaba en nuestra mesa del comedor. Aunque esta idea nos la muestra cualquier película en la que los protagonistas ocupan el último escalón de la cadena alimenticia (véase “Tiburón”, “Los pájaros”, o cualquier filme de bichos gigantes de los 50), la novedad aquí está en que el sujeto de la amenaza es otro ser humano, con lo cual estaríamos más cerca de “La Matanza de Texas”, solo que aquí, el psicópata, como buen cazador, ha sustituido la sierra mecánica por el arco y la escopeta, y, por supuesto, tiene mucha más clase que cualquier miembro de la familia de Leatherface. Nuestro personaje está más cercano al conde Drácula (la extraña hospitalidad con la que recibe a sus huéspedes, la elegancia de sus modales) incluso en alguna coincidencia de su hábitat (la interminable escalera circular que sube a los dormitorios), que, como con aquél, no está exento de algún que otro secreto escondido en alguna de sus habitaciones (la sala de los trofeos). Pero en este juego de coincidencias, encontramos una diferencia fundamental que es lo que la convierte en una obra memorable, el horror no proviene de lo sobrenatural, sino de la naturaleza humana misma. Aquí el monstruo adquiere rasgos humanos, es un hombre elegante, educado y refinado, de modales exquisitos y un definido gusto por el arte; el actor británico Leslie Banks, al que quizás muchos recordaréis por ser uno de los protagonistas de la versión británica de “El hombre que sabía demasiado”, del maestro Alfred Hitchcock, configura aquí a uno de los villanos más fascinantes de la historia del cine, el elegante, sarcástico y psicopático Conde Zaroff.

Hay películas atemporales y “El Malvado Zaroff es una de ellas”. Un clásico a rescatar del terrible olvido, no solo es un film al que no le pasa factura el tiempo sino que encima gana con cada revisionado. Maravillosa, una pequeña obra maestra.
Juan Marey
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