Tras la muerte de Walter Kyne, el magnate de un emporio periodístico, hará acto de presencia su querido hijito, un “viva la virgen” que no quiere molestias ni complicarse mucho la vida, aunque, eso sí, desea hacerse valer y dejar claro quien manda. Decide crear el puesto de director ejecutivo y así se iniciará una pelea por tan ansiado puesto que sacará a relucir la peor cara de cada uno de los directores de la empresa. El querido hijito del que estamos hablando es Vincent Price, excelente en un papel que le va como anillo al dedo y en el que lo hemos visto en varias ocasiones.

Prensa y cine negro unidos en un título imprescindible del Hollywood de los 50, una película sencillamente espectacular, una película con ese encanto especial del cine negro. El guión es original y engancha desde el principio; la fotografía típica del cine negro, con un inteligente uso de claroscuros; las actuaciones, estupendas, con un reparto coral integrado por un buen número de rostros conocidos como Dana Andrews, Ida Lupino, Vincent Price, Rhonda Fleming, Thomas Mitchell, o George Sanders, en una memorable selección de actores. Cabe destacar también, una narrativa clásica y perfecta, con diálogos ácidos e ingeniosos entre los protagonistas. En definitiva, otro gran clásico, recomendado para todos aquellos que les guste el cine negro con historias originales.