No es una película regular, sino mala directamente. El porqué es bien sencillo: pretende ser una comedia inteligente haciendo pasar por tontos a los actores, y como resultado el público tonto no se ríe (y abandona la sala) porque no lo entiende, y el público inteligente cree que le están tomando el pelo.

Es muy bonito afirmar que la película pretende reflejar los valores de la sociedad y blablabla, pero el guión es tan sumamente absurdo que por mucho que pretenda criticar, por mucho que pretenda distanciarse de los films habituales, por mucho que Hoffman o Jude Law no se hagan gracia ni a sí mismos, no deja de ser eso, absurdo.

Me sobresalté al leer elogios y buenas críticas sobre este film tras verlo, porque aquí no se salva ni Shania Twain, ni siquiera la abuela "gallega" apellidada Etxeberría (ridículo a más no poder). Bien sí, la chica, Naomi Watts, es la única en el reparto que da un poco de aire fresco al enrevesado y (insisto) absurdo argumento.