El eje principal argumental que nos plantea el director es el de una despedida de soltero que desencadena todo un caos e interacciona con la mafia local. El director no consigue un ritmo adecuado, por momentos el ritmo se lastra y la trama responde a una película de adolescentes que resulta cansina.
Logra también momentos puntuales ocurrentes de humor muy negro al estilo de las primeras películas de Sam Raimi, va mejorando a medida que avanza el metraje.
Como conclusión la película muestra las toneladas de violencia reprimida que existía en esta feliz pandilla de amigos.