Creo que la comedia es uno de los géneros cinematográficos más difíciles; o consigues que el público se ría y se divierta o que se aburra como una ostra. Y como una ostra me aburrido viendo esta sosa y pretenciosa película, que quizá con otros actores hubiera podido ser muy divertida. Da la sensación que tanto Robert De Niro y Sean Penn competían en lograr quien estaba peor. Los dos están francamente mal, pero De Niro se lleva el premio al mejor histrionismo y exhibición de muecas de la historia del cine. Actúa como si fuera un idiota, con todos mis respetos a los que padecen esta enfermedad. No sé lo qué habéis visto los que le ponéis 7, 8 o 9, pero yo sí que sé lo que he visto y le pongo un 1. Es de las peores comedias que jamás he visto, y es una lástima porque podría haber sido uno buena comedia.