Esta película debería haberse llamado "Historias del Santo Job", ya que cada historia de amor que nos presenta es un clamoroso aburrimiento sin chispa y con alma de pura fachada que pone a prueba la paciencia del espectador. Sabía que "Historias de San Valentín" era una comedia, pero no sabía que por el hecho de ser una comedia tenía que ser un producto tan malo y molesto.

Con la excusa de aprovechar el día de San Valentín e intentando repetir la fórmula de "Love Actually" (esa sí que era buena) que narraba pequeñas historias de amor navideñas con algún nexo común, se lanzó a las salas de cine esta estupidez de Garry Marshall (un director que, reconozco, nunca me ha gustado demasiado y que resulta la antítesis de los grandes directores de comedias románticas como Richard Curtis o Nancy Meyers).

La verdad es que debí fijarme en quien la dirigía para ahorrarme el disgusto... pero solo me fijé en el atrayente plantel actoral. Una comedia romántica coral y alegre que une a intérpretes como Julia Roberts, Ashton Kutcher, Jamie Foxx, Queen Latifah y Anne Hatahway entre otros no tiene mala pinta a priori... sin embargo me encontré con las situaciones e historias de amor más artificiales, superficiales, forzadas, simplonas y aburridas de los últimos años.

Todo en esta comedia se nota falso y frígido. Su ritmo es... no ya lento, sino anodino. No es que no pase nada nunca... es que además esa "nada" no interesa y deja en evidencia su artificio. Los actores están directamente mal, todos fingen demasiado. Tal vez se salven Jamie Foxx y Ashton Kutcher (pero como digo, da lo mismo porque sus historietas resultan desganadas). Anne Hatahway tiene el papel más insoportable de su carrera (y mira que ha tenido papeles cargantes), Julia Roberts resulta tan creíble como soldado de permiso con cara de haba como Belen Esteban podría resultarlo haciendo de pija, a Jennifer Garner Marshall la explota negativamente su gelidez... luego tenemos al hombre lobo de "Crepúsculo" con la cantante Country de turno formando una parejita romántica más falsa que Judas gracias a sus acartonadas actuaciones.

En fin, no hay nada más triste en un comedia romántica que el hecho de que se note calmosa en exceso, que no cautive, ni haga reir, ni resulte romántica. Todo esto se corrobora en esta película que invita al espectador a ser el Santo Job por unas horas (eso del "¡Señor, dame paciencia!" vendrá a la cabeza minuto a minuto).

Lo mejor: Las ganas que le echan Ashton Kutcher y Jamie Foxx a pesar de no ser capaces de esconder la tontería del guión y la lentitud del desarrollo argumental.
Lo peor: Todo lo demás (a destacar lo fingidas que resultan todas las historias de amor tanto a nivel argumental como interpretativo).