Pat (un sorprendente y estupendo Bradley Cooper) es un desequilibrado recién salido de una institución mental que, de vuelta al nido familiar, se dispone a rehacer su vida... o al menos a vivir en equilibrio.

"El lado bueno de las cosas" se nos presenta en las promociones como una comedia romántica... pero afortunadamente es muchísimo más que es eso. Digamos que se trata de un drama cómico (con una pequeña comedia romántica en su interior) al estilo del mejor cine de Alexander Payne y Jason Reitman, ya saben: los de la embarazada Juno, el cínico Ryan Bingham, el padre forzoso Matt King o el jubilado Schmidt... es más, este Pat no se diferencia apenas de aquellos personajes, e intenta encajar en un mundo no hecho para su ánimo y parecer y en el cual vive en tensa lucha.

Y como en aquellas cintas, es el personaje y la interpretación del actor el total enganche del film. Bradley Cooper asombra con su actuación (sobre todo porque poca gente (me incluyo) tenía en su mente que este actor pudiera hacer algo más que modelar por megataquillazos y cintas románticas simplistas). La chispa que prende a su personaje es inaudita, y lo convierte en un desquiciado magnético, personal, carismático y próximo del que no se puede apartar la atención y que acorta las distancias con otros míticos "locos" del cine.

Así que es un soberbio Cooper el que va atrapando sin remedio al espectador por sus avatares y problemas (sin él la película hubiera tenido un resultado bastante distinto), además Russell sabe como dirigir su trama en todo momento... esto no es novedad ya que también lo hizo en su anterior trabajo. Porque "El lado bueno de las cosas" tiene todo lo bueno que tenía "The Fighter" (realización perfecta, animado montaje, avivado y excitante desarrollo, excelente dirección de actores que se traduce en unos personajes adorados, fotografía placentera y festiva...) y todas las faltas que tuviera aquel anterior trabajo aquí quedan resarcidas (todo el reparto está en muchísimo mayor estado de gracia que el de "The Fighter". Por supuesto que todo lo que no tenía Wahlberg de chispa lo tiene Cooper, pero no hay que olvidarse de una Lawrence que se convierte en la definición de la más pura sensualidad (no solo física sino intelectual y emocional) y de unos "padres" (un maniático y obsesionado DeNiro siempre a la altura en sus momentos de drama y comedia, y una entrañable Jacki Weaver como la madre que todos quisieran tener) adorables que solo por ser la piedra angular del protagonista, el film ya merece la atención. El guión también mejora, partiendo de una sencilla premisa acaba ofreciendo multitud de capas con detalle y cálculo, va dejando hilarantes momentos (su comedia no cae en el chiste fácil ni usa el sarcasmo, usa el caos hogareño y la locura humana como recurso cómico... ¡y que bien funciona!) prácticamente continuados, momentos de drama y tensión, de reflexión, de afecto, de racionalidad e irracionalidad.

En fin, "El lado bueno de las cosas" tal vez sea una comedia sencilla en su planteamiento, pero exuda frescura y es disfrutable y divertida. Es fundamentalmente una película de actores que se lucen fantásticamente a la altura de su pertinente guión. Poco más se puede pedir.

Lo peor:...