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España España · MADRID
Voto de Spark:
6
Drama. Romance Teena Brandon siempre ha deseado ser un chico. Así que un día decide cortarse el pelo, ocultar sus pechos bajo un vendaje apretado, y cambiar el orden de su nombre, pasándose a llamar Brandon Teena. (FILMAFFINITY)
16 de octubre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dura cinta dramática la que nos propone Kimberly Peirce ("Stop-Loss" (2005), "Carrie" (2013)), basada de forma bastante fidedigna en la vida de Brandon Teena (Hilary Swank). Un hombre transexual al que la sociedad le da la espalda... de forma terriblemente espantosa. Mucho hemos avanzado por fortuna a la hora de dar apoyo y cobertura al colectivo LGTBI (aunque ahora una nueva corriente, que yo no llamaría feminista, pretenda retroceder en este campo. Cómo si no supieran que un cambio de sexo no se produce por capricho sino con informes psicológicos y psiquiátricos muy serios) pero en los no tan lejanos años 90 de los Estados Unidos profundos este protagonista no es que sea incomprendido por no sentir su cuerpo como el suyo y por moverse por el mundo como un hombre físicamente, es que es sometido a todo tipo de vejaciones, torturas y humillaciones. Lo más aterrador es que todo esto sucedió. Y yo, sin ser trans (por fortuna nací con el sexo que me identifico totalmente), no puedo sino simpatizar y sentir una lástima absoluta hacia este ser humano y su calvario... así como sentir asco y aberración por sus verdugos.

Porque ya no se trata de la ignorancia de estos personajes que se nos describen como unos paletos (el protagonista Brandon incluido) y unos fumetas (sinceramente, luego hay cosas que por desgracia cobran su sentido en la actitud de ciertos villanos), sino de la maldad de ciertos seres vivos (difícilmente se les podría calificar de humanos) que parecen alentados por su entorno y sus "costumbres". Y el hecho es que "Boys Don't Cry" sabe plasmar con un guion franco, sutil y taimado estos problemas sociales de forma creíble. Porque los personajes se van perfilando con luces y sombras, y el serpenteo de los secundarios se va matizando con envidias, celos, inseguridades y batallas personales realmente ponderadas. Así que no estamos ante un melodrama artificioso sino ante una trama que fluye de forma natural e implicante.

Pero en su virtud reside su defecto, porque este movimiento de los acontecimientos también se sucede de forma exageradamente natural en sus avatares más rutinarios. Que si noche de cervecitas por allí, que si noche de cervecitas por allá, el final la trama se va diluyendo de forma poco propicia para dar un largometraje ficcionalizado redondo (esto no es, por ejemplo, "La habitación" (2015), un "Gran Torino" (2008) o un "Billy Elliot" (2000) sino más bien un "El clan" (2015) o un "Tres anuncios en las afueras" (2017)). Peirce tampoco es que sepa infundir de vehemencia las situaciones más grises de la trama y ofrece una edición lenta y unos planos mantenidos de forma algo innecesaria. Pero en los puntos clave hay que decir que acierta de pleno (admito que mi sensibilidad se vio herida (me vi tentada a apartar la mirada)... y es lo que supone que quiere infundir el film). A esto se suma una labor actoral inconmensurable, una Hilary Swank en estado de gracia, tan bien como en "Million Dollar Baby" (2004) pero en un papel más complicado para ella. Su Oscar, más que merecido. Pero Chloë Sevigny, Peter Sarsgaard, Brendan Sexton III y Alicia Goranson saben dotar a sus más limitados roles una naturalidad pasmosa dentro de lo singulares que resultan (sobre todo al otro lado del charco).

La puesta en escena por su parte es aceptable sin más, goza de una labor de caracterización notable, pero ahí termina la cosa en una cinta cuya cinematografía es de lo más común y trillada. Y lo mismo se puede decir de la puesta en escena. ¿Qué es una película recomendable?, por supuesto (en especial si se tiene interés en la temática LGTBI o en los dramas reales desgarradores) pero su acotación al género dramático puro (no hay un solo punto de humor o misterio en el largo) y el hecho de que sea tan descarnada se puede hacer poco recomendable a los que no toleren el drama en pantalla (por muy actuado que esté) o a personas con alta sensibilidad. Pues a nivel global no se puede decir que estemos ante una obra dramática de la categoría de, por ejemplo, "La lista de Schindler"" (1993) o el "Million Dollar Baby" protagonizado por la misma Swank. Pero tampoco es el torpe desastre de "The Room" (2002) o de "The Haunting of Sharon Tate" (2019). Digamos que se queda a la altura de biopics dramáticos como "Harriet" (2020), "El último Rey de Escocia" (2006) o "El francotirador" (2014) y de dramas como "Te doy mis ojos" (2003) o "Martha, Marcy, May, Marlene" (2011). Me ha resultado un film enriquecedor... que dudo vaya a volver a ver.

Lo mejor: La actuación de Swank.
Lo peor: La realización parsimoniosa de Peirce en bastantes puntos.
Spark
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