Mil disculpas por la longitud, pero me apasiona este autor y creo que te va a interesar.

Entre todos los subgéneros de la literatura policial, existe uno conocido como "caper novel". Estas historias narran la ejecución de delitos planificados - principalmente robos y estafas de gran audacia o de astuta ejecución - desde el punto de vista de los criminales. Se divide a su vez en dos vertientes: la seria y convencional, y la liviana que roza la comedia, usualmente llamadas "comic-caper".
Ejemplificando, films como "Reservoir Dogs" entrarían en la primer calificación, y cosas como "Ocean's Eleven" o "The Ladykillers" entrarían en la otra. Donald E. Westlake (Q.E.P.D) fue un un importante exponente de la primera categoría, y el rey indiscutido de la segunda. Además de haber oficiado como guionista de cine, es un de los autores que más veces ha sido adaptado a este medio, pero Hollywood pocas veces le ha hecho justicia.

Bajo el seudónimo de Richard Stark, escribió su serie más oscura, protagonizada por su personaje más popular: Parker. Sin nombre de pila ni cualidades que lo rediman, Parker es un ladrón meticuloso y planificador, pero además un asesino amoral capaz de vender a su propia madre con tal de conseguir lo que busca (plata). Un personaje tan despreciable como atrapante, sus andanzas se convirtieron en lectura obligatoria para los amantes de la novela negra.

Parker pasó por la pantalla grande siempre siendo rebautizado y casi siempre desvirtuado. "Parker fue personificado por un negro y por una mujer: creo que al personaje le falta definición" bromeó en una ocasión Westlake. Tuvo su punto más alto y la cara de Lee Marvin en la primera adaptación de "El Cazador" (The Hunter) del amigo Boorman "A Quemarropa" (Point Blank, 1967), y una segunda versión amariconada de Mel Gibson en "Payback" (1999).

Parker se pintó la cara con corcho quemado y fue Jim Brown en la pedorra "El Reparto" (The Split, 1968), y cambió de profesión, habló francés y tuvo operación de cambio de sexo, con el cuerpo de la diosa Anna Karina en la poco fiel y delirante adaptación no oficial que hizo su marido de The Juggler: "Origen USA" (Made in USA, 1966). Aún no he visto las versiones de Peter Coyote (Slayground, 1983) y Robert Duvall (The Outfit, 1973).

Mientras escribía "The Hot Rock" ("La Esmeralda Candente", en la edición en español) - mi novela preferida del autor- una trama donde Parker se veía obligado a robar la misma esmeralda una y otra vez, Donald se dio cuenta de que la historia se estaba volviendo demasiado "absurda y divertida" para el habitual tono sombrío de su personaje estrella. Así nació su segunda creación: John Archibald Dortmunder, un amargado ladrón que quiere cagar siempre más alto que su culo, y que junto a su pandilla de perdedores se mete en los robos más estrafalarios, desembocando en situaciones hilarantes.

Dortmunder es un planificador como Parker, pero es además un auténtico genio, una mente brillante al servicio del crimen. Claro que es también el ladrón con mayor mala suerte del mundo. Nacido para sufrir, perseguido por una yeta casi de maldición bíblica, no importa cuan meticulosamente elaborados sean sus planes hasta el mínimo detalle, siempre algo saldrá mal, y de la peor manera. A diferencia de su violento contraparte, Dortmunder y sus secuaces son absolutamente inofensivos, y lo único que vemos morir tomo a tomo son sus ganas de vivir, a medida que se mueve de un estrepitoso fracaso a otro, para delicia de los lectores.

El paso de Dortmunder por el celuloide sufrió todavía peor suerte que la de su colega... (sigo en sección "Spoiler" sin ningún spoiler)