Excelente película de Claudia Llosa que narra a manera a cuento, una historia triste y melancólica, pero a la vez esperanzadora en relación a las terribles secuelas que el terrorismo dejó en nuestro país (Perú). Mezcla de un realismo mágico y cine misterioso, esta cinta nos embarca en la aventura de Fausta en su lucha interior por dejar atrás sus traumas y miedos, y empezar a vivir libremente sin ser atormentada por el pasado y lo anacrónica de sus tradiciones e ideas. La película es deliberadamente lenta, pausada, lo cual permite apreciar con mayor atención la simbología y el uso de la metáfora en la misma, donde lo importante no es mostrarnos una historia de acción, intensa, con giros inesperados, desenlace impresionante ni grandes diálogos, en esta historia predomina el silencio, las miradas, los paisajes, la música, la poesía, en fin, todo aquí trae un mensaje detrás de lo que la cámara nos puede mostrar. Eso sin dejar de lado un excepcional guión, donde podemos hechar un vistazo a la realidad post terrorismo de una manera más individualizada.
Así es la Teta Asustada, excéntrica, bizarra, y excesivamente metafórica, pero auténtica, genuina, sutil y generosa, es ese bicho raro que muy pocos quieren ver porque trae consigo un lenguaje que obliga a descifrar, pero que sin embargo, más de una grata sorpresa nos traerá, de esas que cuando llega a su final quizás no la comprendimos en toda su plenitud, y es ahí donde realmente empieza a crecer esta notable película.