Floja, muy flojita. Es una lástima. Tenían el escaparate parisino sesentón, la ciudad del amor, la bohemia de un club de jazz con chicos intelectuales y chicas inquietas... y el Sena. Pero es todo fachada. Buena música, pero un Paul Newman borde y contradictorio consigue que no la disfrutes. El guión es un desastre. Chicas interraciales conocen a chicos interraciales, chicos interraciales conocen a chicas interraciales, te amo, no te amo, él te quiere, es un chico fantástico, creo que le gustas, no lo soporto, te vas, te quedas y vuelta a empezar. A ese ambiente jazzístico y nocturno lo aliñamos con un gitano a lo django yonki, un poco de conversación barata sobre qué es ser negro… y descarrila por todos lados. Un guión de bachillerato sobre el arte, el hogar y el amor… y cuando no hay guión, no pasa nada: que salgan las parejitas a dar paseos románticos por París. ¿Qué maravilla de ciudad!

Actores, pues mal. El guión no les ayuda, pero mal (o mejor fatal) Newman, Sidney Poitier de fiel mosquetero, y si hay que elegir entre los papeles pánfilos de Joanne Woodward y Diahann Carroll, pues nos quedamos con Barbara Laage, que tiene el único personaje misterioso y maduro de la película.

Smoking, drinking, never thinking of tomorrow, nonchalant… y esas cosas

5 por la fotografía y la música, que es bien linda, y la participación, architípica de Louis Armstrong. Pero es Satchmo.

Flojita, y a envejecido mal.