Esta comedia navideña sobre la familia y la soledad, y que cuenta con una excelente banda sonora de John Williams, es una comedia basada en un juego de inversiones. Kevin (Macaulay Culkin), el benjamín de la familia, es despreciado por sus hermanos mayores, especialmente por el desagradable Buzz (Devin Ratray), pero cuando se quede solo en casa demostrará que no sólo es capaz de vivir solo durante unos días, sino que será incluso capaz de evitar que unos ladrones realmente incansables (Joe Pesci y Daniel Stern) roben su casa.

A su vez, el deseo de Kevin, quedarse solo -pues está harto de su familia antes de que ésta se marche a París- se cumple, pero luego empieza a echarles de menos: la historia se perfila de manera continua y perfecta como una montaña rusa de deseos y miedos, de placeres y peligros, y la familia es vista como algo complicado, que se odia y se ama, que se necesita y de la que al mismo tiempo se quiere prescindir. Siguiendo con este juego de inversiones, el niño de ocho años será más inteligente que los ladrones, y el anciano misterioso (Roberts Blossom), que es vecino de Kevin, no es un asesino, sino un buen hombre que hace amistad con Kevin.

En esta aventura doméstica hay mucho de aprendizaje, de experiencia y de descubrimiento personal. Y la parodia de cine negro que ve Kevin en la tele, y de la que luego hará uso, es divertida y acertada.