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Voto de El Tito Mel:
6
Ciencia ficción. Aventuras Último capítulo de la trilogía de precuelas de Star Wars, en el que Anakin Skywalker definitivamente se pasa al lado oscuro. En el Episodio III aparece el General Grievous, un ser implacable mitad-alien mitad-robot, el líder del ejército separatista Droid. Los Sith son los amos del lado oscuro de la Fuerza y los enemigos de los Jedi. Fueron prácticamente exterminados por los Jedi hace mil años, pero esta orden del mal sobrevivió en la clandestinidad. (FILMAFFINITY) [+]
31 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mi, y para la mayoría, esta había sido siempre la mejor entrega con diferencia de la trilogía de precuelas. En mi último revisionado esa percepción me ha cambiado un poquito. Puede que siga siendo la mejor porque es la que tiene los mejores y más míticos momentos de esa trilogía, pero empiezo a verle las costuras en bastantes ocasiones.

Está claro que a todos nos nubló el anhelo de llegar a este punto de las precuelas donde por fin veíamos a Anakin convertirse en Darth Vader. Pero cuando le das un par de vueltas te das cuenta de que, aunque el fondo esté perfectamente construido (algo que no es mérito exclusivo de esta entrega sino de toda la trilogía), la forma deja un poco que desear.

Mi principal problema con esta película ahora que la veo por ¿cuarta? vez es que el guiso que se venía cocinando a fuego lento durante dos películas y media, de repente se emplata apresuradamente a la mitad de esta película. Y eso que se toman casi una hora previa de arranque para marear la perdiz. Queda demasiado forzado y hasta ridículo el cambio tan exagerado, del blanco al negro, que pega Anakin en determinado momento. Que las decisiones se comprenden, pero que bien podría haberlo hecho sin esa verbalización tan servil con la que pasa, en cuestión de minutos, de hablarle con valentía a Darth Sidious a decirle "Oh, mi amo, soy tu esclavo, haré todo lo que pidas...". Una cosa es doblegarse al lado oscuro y otra convertirse en el patético bufón del emperador. No va en el carácter impetuoso del Anakin que nos han venido cocinando.

Otro ejemplo es cuando empieza a enfrentarse a todos ya sin ningún tipo de razón detrás. Vemos a un Anakin que no es malo porque la situación le lleva a serlo sino que es malo por ser malo, no es un tipo forzado a hacer maldades por un objetivo mayor. Todo el camino que debía sostener esos actos se pierde y solo queda un malo esquizofrénico caricaturesco que me cuesta mucho creerme porque no es coherente con su arco de personaje. Ha llegado hasta ahí por un motivo y al final todo eso se tira a la basura sin sentido, o con el único sentido de poder mostrarnos a un malo maloso de guiñol.

No soy de los que bajan nota a una película porque tenga detalles poco creíbles como que el héroe consiga cargarse a los malos estando en inferioridad, porque no veo aventuras de ciencia ficción para fijarme en eso sino para emocionarme y divertirme. Y esos detalles no impiden ni la emoción ni la diversión. Pero es distinto cuando las incoherencias son a nivel dramático, cuando un personaje se ve fuera de la coherencia individual que se le ha marcado a lo largo de su desarrollo. Eso sí me puede sacar de una película porque dificulta sentir lo mismo por un personaje que con eso ya no está siendo el mismo. Y más cuando ese viraje es a peor, porque si es para mejorarlo, para darle una nueva dimensión a un personaje que era plano, pues mira... Pero si es para limitarlo... También influye mucho el tono de la historia, ya que no me molesta en el mismo grado ese tipo de incoherencias cuando estamos ante una historia de tono divertido con intenciones superficiales que ante una de tono sobrio que pretende tomarse más en serio. De ahí que le deje pasar más esas cosas a una entrega del primer tipo (El retorno del jedi, El despertar de la fuerza...) que a una del segundo tipo (La venganza de los sith, Los últimos jedi...).

Pero si omitimos esos tropezones, hay que reconocer que Lucas nos ofrece su plato de espíritu más gourmet desde El imperio contraataca. Se esfuerza por mantener un pulso comedido que no se le vaya de las manos ni hacia el culebrón ni hacia el blockbuster de acción. Se reserva para esta última entrega algunas de las escenas que mejor imagen dan de él como director y como guionista, desde el momento del "Así muere la libertad, con un estruendoso aplauso" hasta el duelo entre maestro y padawan, entre jedi y sith. Pero, de todas ellas, sin duda para mi, la mejor es la escena del palco en la ópera donde Palpatine comienza a envenenar la mente de Anakin con argumentos sibilinos (y es que para mi la verdadera estrella de esta entrega es Ian McDiarmid como villano en la sombra, es su personaje el que realmente engrandece esta película). Ahí estamos ante uno de los momentos con mejor regusto cinéfilo de la saga y recordamos que hubo un tiempo en que Lucas fue un talentoso cineasta y no solo un tipo con gran ojo para la mercadotecnia.

Y eso permite cerrar con solvencia este pack de precuelas que fueron excesiva e irracionalmente despreciadas pese a ser, en mi opinión, una trilogía digna y necesaria. Aprovecho también para hacer una reflexión sobre la situación y contexto de esta trilogía en la saga. La valoro mucho por ser la que yo considero que tiene más y mejor desarrollo tanto de personajes como de tramas (la original es más simple en esos aspectos y la tercera trilogía ya ni te cuento). Pero no le puedo dar más nota a ninguna película de esta trilogía porque le falta algo que sí tienen las otras dos; y es que con ninguna de estas tres me lo paso pipa, cosa que sí me ocurre con un par de las originales, un par de la última trilogía e incluso con algunos spinoffs. Y eso que, bajo la lupa, varias podrían parecerme peores películas. Con estas me lo paso bien, pero moderadamente. La diferencia es nimia, pero lo justo para dar un puntito más o menos. Es el handicap de un blockbuster tomándose demasiado en serio a sí mismo. Aquí se ofrece mucho más poso que en cualquiera de las otras pero tampoco es que sea una obra destacable en ello si la sacamos del ecosistema Star Wars. Se queda en ese medio camino de "ni me llegas a ofrecer un fondo muy profundo e interesante ni tampoco me estás aportando un entretenimiento que me haga pasarlo teta". Aprueba en los dos, pero no sobresale en ninguno. Así que yo abogo por darle a esta trilogía mucho más merito y valor del que le han dado tradicionalmente, bastante más. Pero tampoco voy a negar que me lo paso un pelín mejor con otras.

Nota: 6,5
El Tito Mel
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