... es la propuesta de Baz Luhrmann con aires de grandeza. La cinta es de tal pedantería que sobran los comentarios. Totalmente de acuerdo con todos los críticos que señalan que la historia está muerta a los 90 minutos (es decir, después de meter las vacas grandes y vagas en el gran barco de acero -así, tal cual-), y que el resto del metraje es en plan rollo "Ya veréis lo que soy capaz de hacer" («Lo que el viento se llevó», se va a quedar en una chorrada...).
Nicole Kidman ofrece la que seguramente es la peor interpretación de toda su carrera. El Jackman está por estar: "Pero hay que ver qué guapo soy, da igual lo que diga, quedo mejor que en un anuncio de colonia". Y el niño indígena, después de no sé cuántos años bajo la tutela de la Kidman, nunca termina de conjugar bien los verbos (y eso que es fácil en inglés conjugar, digo yo).
Los efectos digitales, peores que los de "Fantasmas de Marte" (la estampida es de cortar y pegar en una tarde). Y el tonito de comedieta vodevil de algunas escenas supera la más absurda de las puestas en escenas de una obra de teatro escolar.
Simplemente insoportable.