El género se merece un plus añadido de inteligencia para no quedarse al nivel de la fantochada. Puede seguirse un "método como el de Amenabar" en "Los otros", con llamadas a la complicidad intelectual del espectador y guiños a la novedad y al terror de lo cotidiano, o puede seguirse el "método tradicional del género", con caserones sombríos, puertas chirriantes, sonido elevado en los momentos álgidos, manidas tormentas tremebundas que acompañan la tensión de las apariciones fantasmales, etc. etc.
"El Orfanato" se mueve entre esas dos aguas, con clara tendencia al segundo sistema, el habitual en el género.
Lástima, porqué la zafiedad del "método" le resta lucidez a una muy buena historia llevada a la práctica con no tan buen guión, desaprovechándose un excelente trabajo de dirección de actores, de decoración, de fotografía, en una pulida y meticulosa labor en la que se nota un equipo joven y entusiasta y una preparación exhaustiva, que consigue un buen ritmo de acción y un buen montaje, digno todo de mejores empresas.
Belén Rueda se destaca en una muy excelente interpretación, que a buen seguro le deparará alguno de los premios que en el mundo son. El resto de actores, incluido el niño Roger Príncep están más que bien. La película, con toda seguridad, tendrá su buen camino taquillero y de ella se hablará con creces, puesto que, imagino, tendrá, como algunos toreros, división de opiniones y éxito de público.
Personalmente creo que querer no es poder y en ella se ha querido mucho, para lograr bastante, pero sin llegar a las cotas propuestas.