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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Daniel B:
10
Drama El comandante de Auschwitz Rudolf Höss y su esposa Hedwig se esfuerzan en construir una vida de ensueño para su familia en una casa con jardín cerca del campo. (FILMAFFINITY)
25 de febrero de 2024
1 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La demoledora película de Jonathan Glazer está llamada a convertirse en uno de los films definitivos sobre el Holocausto: la elección del punto de vista de los perpetradores, el uso del fuera de campo visual y sonoro y los diálogos son los elementos que describen y transmiten casi clínicamente una cotidianeidad del mal estremecedora que da cuenta de todas las dimensiones de la Shoah, constituyendo a la vez una advertencia imprescindible.
La película aborda la vida cotidiana de Rudolf Höss (comandante del campo de concentración y exterminio de Auschwitz), su esposa Hedwig , sus hijos y sus sirvientes en la casa que ocupan junto al campo

Los nazis utilizaban el eufemismo “zona de interés” para referirse al complejo Auschwitz-Birkenau y sus alrededores. La película de Jonathan Glazer está llamada a convertirse en uno de los films definitivos sobre el Holocausto, por las razones que intentaré desglosar en la siguiente reseña.

1) El punto de vista es exclusivamente el de los verdugos, el de los perpetradores y su círculo íntimo. Hay una mirada clínica sobre sobre el día a día de estos personajes, donde emerge con una contundencia demoledora, más que la banalidad, la cotidianeidad del mal. El Obersturmbannführer Höss (un personaje bastante anodino, pero “profesionalmente” orgulloso y convencido de lo que hace) y Hedwig, una Hausfrau rubia y vulgar, enamorada de su jardín, están atravesados permanentemente por los signos de la realidad del genocidio en su bucólica arcadia germánica (ver zona spoiler). No hay ni villanía de manual ni empatía posible con estos personajes (como sí ocurre en la horrible El lector, por ejemplo)

2) El fuera de campo visual y sonoro: en ningún momento se muestra a las víctimas y el interior del campo. Lo que ocurre con ellas sólo es percibido, mayormente, desde la casa, muchas veces a partir de los diálogos, de lo dicho al pasar y de ciertos actos tan “pequeños” como pavorosos de los protagonistas. La elocuencia de la alusión es estremecedora así como los detalles del sonido ambiente y la banda sonora de Mica Levi.

3) A través de esta cotidianeidad, Glazer se las arregla para transmitir inequívocamente todas las dimensiones de la Shoah: el exterminio a escala industrial, el antisemitismo, el despojo, la deshumanización de las víctimas, la esclavitud al servicio de las grandes corporaciones y hasta la influencia de la literatura popular alemana.

4) Junto a este abordaje clínico que por momento roza el documental, Glazer se permite ciertos interludios que no conviene revelar.

5) El idioma: Resulta fundamental que esta película esté hablada en alemán y protagonizada por actores germanófonos. Es notable el trabajo corporal que hace Sandra Hüller para transmitir la vulgaridad de su personaje Hedwig.

6) Me propuse verla en cine y es lo que hice. En la butaca de la sala no hay modo de pausar el visionado de un film que resulta absolutamente agobiante.

Zona de interés nos formula una advertencia doble sobre el uso indiscriminado y ligero del término nazi para describir ciertas realidades políticas y sobre la violencia y el racismo de los neofascismos que "actualizan" algunos de sus elementos y chivos expiatorios.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Daniel B
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