Un viejo arqueólogo, su hijo convaleciente de una rotura de pierna y una bella ayudante, todos ellos franceses en los Alpes Suizos en busca de unos cráneos primitivos que al parecer se descubrieron en unos glaciares allá por 1930.

Por otro lado una familia con una niña, también franceses y de vacaciones en Los Alpes.

A la familia se les estropea el coche y los arqueólogos los recogen, ya tenemos a las 6 personas en una furgoneta, subiendo una bonita carretera de montaña suiza, cuando de pronto se encuentran la carretera cortada por unas grandes rocas que se supone se han desprendido, dan la vuelta y mientras van charlando el hijo del arqueólogo que conducía se despista (parece que se le cruza algo) y caen violentamente por un barranco.

Todo esto en los primeros minutos de metraje, a partir de aquí tenemos al grupo de malheridos supervivientes, (5, puesto que el viejo ha muerto en el despeñamiento) primero pasando apuros con la naturaleza hostil de agrestes parajes (sin cobertura en el teléfono móvil como mandan los cánones y dado los escarpado de la pendiente por donde han caído obligados a introducirse en desconocidos parajes tratando de encontrar ayuda) y luego teniéndoselas tiesas con unos extraños seres que al parecer andan por allí.

Estamos ante una película que entra en la cada vez más tristemente frecuente categoría de "francesa de terror", pero que no cumple con las expectativas creadas por dicha filmografía con "Alta Tensión 2003", "À l'intérieur 2007", "Ils 2006", la de los nazis rurales que ahora mismo no recuerdo el título y alguna otra por ahí", en base a lo atropellado e inverosímil de la entrada en materia (caen por un barranco violentamente y sólo muere el viejo, los demás tan campantes, además de encontrarse con las criaturas a las primeras de cambio) y lo inconsistente de un ridículo guión que hace calzar las situaciones a trancas y barrancas, buscando sólo conjugar sin imaginación ni originalidad alguna a urbanitas y trogloditas (estatuillas prehistóricas, dólmenes y demás surgen como setas a su alrededor).

En resumen, primero un tirón de orejas para Dominique Pinon y su participación en una película tan insulsa, luego un suspenso para los responsables de la función (casi nada lo del ojo, 2 directores y 4 guionistas) y finalmente un absoluto pasmo ante la risible resolución (mezcla de familias disfuncionales y mensaje ecológico/evolutivo).