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Voto de Messer E Vork:
8
7.7
4,963
Drama
En los años 40, finalizado el conflicto de la Guerra Civil Española, una familia abandona el campo y emigra a Madrid con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida. Sin embargo, la vida en la ciudad es cruel y está llena de desengaños y penalidades. Manuel, el padre, encuentra trabajo en una fundición, pero no puede soportar el ritmo de trabajo. Pepe, el hijo mayor, se dedica a turbios asuntos relacionados con el estraperlo. ... [+]
8 de julio de 2011
27 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hecho de que director, guionistas y autor de la idea original fuesen falangistas ha causado sorpresa en muchos que la han visto, ya que presenta una realidad urbana muy alejada de la propaganda oficial del franquismo, un mundo lúgubre lleno de miseria, hambre, delincuencia, vicios... Un poco honroso retrato que nadie comprende cómo pudo salir a la luz. La causa de que "Surcos" viese la luz fue precisamente que su director era falangista y tenía contactos en las altas esferas (entre ellos el Director General de Cinematografía, García Escudero, que dio su apoyo a la película en detrimento de la patriótica "Alba de América", producida por CIFESA, y que tuvo que dimitir al poco).
La cinta sufrió, como era de esperar, la censura, que afectó sobre todo al desenlace, más duro en la versión original de lo que lo es en la exhibida en cines. Sin embargo, "Surcos" mantiene la carga de denuncia social intacta. En contra de lo que muchos creen, este argumento no es nada alejado de los postulados falangistas (sí de los franquistas). Y es que Falange define al campo como el "vivero espiritual" de España, una idea seguramente aportada por la fusión con las JONS de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma Ramos (ambos castellanos y nacidos en entornos rurales), que defendían una visión social cimentada en los valores de una sociedad agraria (catolicismo, solidaridad arraigada en la tierra, statu quo, comunidad cerrada...) frente a lo que representaba la ciudad (modernidades extranjeras, liberalización de las costumbres, individualismo, vicio, picaresca, desenfreno...).
Es por eso que "Surcos" saca a la palestra las miserias del Madrid de posguerra (por otro lado, ciertas) en contraposición de un idílico campo personificado en la familia cuando llega (unida, con el padre como autoridad, etc.). Ello no quita desde luego para que la cinta fuese toda una molestia para las autoridades y un fiel reflejo de un mundo que sigue a medio camino entre la guerra y una recuperación que tardaría al menos una década en empezar.
Más críticas en:
https://unblogacincoalturas.wordpress.com/
La cinta sufrió, como era de esperar, la censura, que afectó sobre todo al desenlace, más duro en la versión original de lo que lo es en la exhibida en cines. Sin embargo, "Surcos" mantiene la carga de denuncia social intacta. En contra de lo que muchos creen, este argumento no es nada alejado de los postulados falangistas (sí de los franquistas). Y es que Falange define al campo como el "vivero espiritual" de España, una idea seguramente aportada por la fusión con las JONS de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma Ramos (ambos castellanos y nacidos en entornos rurales), que defendían una visión social cimentada en los valores de una sociedad agraria (catolicismo, solidaridad arraigada en la tierra, statu quo, comunidad cerrada...) frente a lo que representaba la ciudad (modernidades extranjeras, liberalización de las costumbres, individualismo, vicio, picaresca, desenfreno...).
Es por eso que "Surcos" saca a la palestra las miserias del Madrid de posguerra (por otro lado, ciertas) en contraposición de un idílico campo personificado en la familia cuando llega (unida, con el padre como autoridad, etc.). Ello no quita desde luego para que la cinta fuese toda una molestia para las autoridades y un fiel reflejo de un mundo que sigue a medio camino entre la guerra y una recuperación que tardaría al menos una década en empezar.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La película nos muestra, por un lado, a unos personajes que han sido "asimilados" por la urbe, que ansían sus lujos (ropa cara, piso propio, fama y fortuna) y que harán cualquier cosa con tal de conseguirlos (robar, instigar al robo, ponerse en manos de personas deshonestas o dejar que sus hijos caigan en manos de esas personas...), personajes que no sólo rompen con el civismo sino que también rompen con la moralidad (la madre "usurpa" el papel de cabeza de familia y pone al marido a fregar porque no gana dinero, el hijo mayor abandona el hogar y se va a vivir con la estraperlista sin estar casados, la hija sucumbe ante el Charmberlain...). Por otro lado, tenemos a otros personajes, que sólo quieren ganarse la vida honradamente y nada más. Hablo del hijo menor y de los titiriteros, que curiosamente viven en un barrio exterior que es casi como un pueblo y que, además, mantienen intacta la moral de la época (el hijo y el que será su suegro trabajan y la chica rubia hace las tareas del hogar con su mejor sonrisa, hasta que no formalizan su relación él y ella no pueden dormir en la misma casa por el qué dirán...).
Podemos ver un latigazo de moralina en el hecho de que todos los asimilados terminan mal (el hijo mayor muerto, la estraperlista perseguida por El Mellao, la hija y la madre avergonzadas por sus respectivas flaquezas...) y que los honrados acaben bien (excepto el hijo menor por la muerte de su hermano, por lo demás pierde una familia y gana otra), pero lo cierto es que el peso pesado de la malicia y la perversión, el Chamberlain, sale impune (después de todo, es rico y con influencias, y las moscas grandes suelen romper la tela de araña de la ley).
Al final, Nieves Conde tenía pensado un final en el que padre, madre e hija (los restos de una familia destrozada) se disponían a regresar al pueblo. Antes de subirse al tren, observan a otra familia de campesinos que acaba de llegar a la capital, inocentes como lo fueron ellos. El tren se pone en marcha con ellos a bordo y, cuando ha cogido velocidad, la hija salta al andén. Se queda en la ciudad, ha catado sus lujos y no quiere renunciar a ellos, quedando seguramente abocada a la prostitución. Un desenlace demoledor que fue modificado por la censura, que vio que "Surcos" había ido demasiado lejos en mostrar las miserias de un país que todavía no se terminaba de recuperar de un sangriento conflicto, por mucho que dijeran desde arriba.
Podemos ver un latigazo de moralina en el hecho de que todos los asimilados terminan mal (el hijo mayor muerto, la estraperlista perseguida por El Mellao, la hija y la madre avergonzadas por sus respectivas flaquezas...) y que los honrados acaben bien (excepto el hijo menor por la muerte de su hermano, por lo demás pierde una familia y gana otra), pero lo cierto es que el peso pesado de la malicia y la perversión, el Chamberlain, sale impune (después de todo, es rico y con influencias, y las moscas grandes suelen romper la tela de araña de la ley).
Al final, Nieves Conde tenía pensado un final en el que padre, madre e hija (los restos de una familia destrozada) se disponían a regresar al pueblo. Antes de subirse al tren, observan a otra familia de campesinos que acaba de llegar a la capital, inocentes como lo fueron ellos. El tren se pone en marcha con ellos a bordo y, cuando ha cogido velocidad, la hija salta al andén. Se queda en la ciudad, ha catado sus lujos y no quiere renunciar a ellos, quedando seguramente abocada a la prostitución. Un desenlace demoledor que fue modificado por la censura, que vio que "Surcos" había ido demasiado lejos en mostrar las miserias de un país que todavía no se terminaba de recuperar de un sangriento conflicto, por mucho que dijeran desde arriba.