Un día por la noche antes de irme a dormir me dije que quería ponerme una de esas películas de miedo que no dan miedo, es decir, que te hacen pasar un buen rato y te suben un poco la adrenalina y cual fue mi sorpresa que no pude dormir del miedo que me produjo esta película.

No se trata de fantasmas, no se trata de casas fantasmas, para nada, se trata de algo diferente y original, de llevar la metafísica a la pantalla y darle un sentido para que todo el mundo que lo vea piense que puede ser verdad.

Esta claro que la idea es ficticia e irreal pero Alex lo dirige tan bien que podría ser muy muy creíble y además, da un miedo de los de verdad.

Jugando con sustos y ciertos momentos que a nadie le gustaría que le pasaran en casa, Alex de la Iglesia consigue un terror diferente y original, la verdad que la idea es muy muy buena y los momentos de susto se me quedaron bien grabados para toda la noche.

Hace días la volví a ver y creedme, me asustó de nuevo, esos pequeños momentos me volvieron a asustar e incluso cuando por la noche me desperté para ir al baño, me volvían esas dichosas escenas a la cabeza...no se si será bueno o malo pero pocas películas me producen esa sensación tan horrible.