Después de un inicio bastante bizarro con la inefable Plunkett y Macleane, Jake Scott, hijo de Ridley, enderezó a base de bien su camino con Welcome to the Rileys, uno de esos dramas independientes que cada cierto tiempo se convierten en la joya indie de la temporada, con más o menos suerte en las ceremonias de premios.
La película es notable, sin duda, aunque poco innovadora, ya que cintas sobre personajes destrozados y perdidos en busca de redención que encuentran consuelo en su mutua compañía ha habido muchos, y el tema de la diferencia de edad tampoco es demasiado nuevo (Lost in translation, por ejemplo). Sin embargo, hay que reconocer que el resultado es, como decimos, notable, y resulta conmovedor su mensaje en pro de que las heridas se pueden sanar en el momento que menos se espera y en las circunstancias más insospechadas, a veces gracias a un extraño.
Gran trabajo del añorado james Gandolfini, de Melissa Leo y de Kristen Stewart, que una vez más demuestra que su campo es el del cine indie. Cada vez que intenta hacer algo más comercial, patina (llámese Crepúsculo, Blancanieves o Ángeles de Charlie). Los personajes que le ofrece el cine más independiente no se los ofrece el cine comercial