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Voto de Sibila de Delfos:
7
Serie de TV. Drama Serie de TV (2013). 2 episodios. Para mejorar sus notas, un grupo de preuniversitarios se inscribe en un curso de verano que se imparte en un centro aislado. Hay clases lectivas por la mañana y actividades lúdicas y deportivas por las tardes. A raíz de un debate sobre la creciente xenofobia en España y las dificultades de encontrar trabajo debido a la crisis económica, el profesor de Educación Cívica propone el experimento “Tormenta”. ... [+]
29 de diciembre de 2013
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de empezar, una aclaración. La Ola y Tormenta no se basan en el mismo hecho real, por muchas similitudes que puedan tener (y las tienen, nadie puede negarlo). La película alemana adapta el movimiento de la Tercera Ola de Ron Jones, mientras que Tormenta se basa más en el Experimento de Milgram.
Dicho ésto, yo debo ser estúpida, poco exigente o me faltarán unas cuantas neuronas, porque me ha gustado bastante Tormenta. Si eso significa ser una blanda, pues me alegro de serlo porque la miniserie de Daniel Calparsoro me parece un ejemplo de ejercicio de estilo visual potente (se nota que Calparsoro está acostumbrado a dirigir escenas de acción y argumentos tensos e intensos) y sobre todo una propuesta que cumple a la perfección con lo que se propone. Igual que La Ola, con la que tan injustamente se la ha comparado cuando no es ni mucho menos lo mismo, ni desde el punto de vista argumental ni desde el formal. La cinta germana es casi una obra maestra y a Tormenta le falta un mundo para llegar ahí, pero las dos funcionan muy bien dentro de sus propios parámetros.
Vamos con lo malo, con las críticas que sí veo razonables. Resulta bastante absurdo que todo parta como...¡una petición de Bruselas!, cuando en este país es tan sumamente difícil poner a las comunidades autónomas de acuerdo en algo relacionado con la educación. Es verdad que el reparto de jóvenes parece un pase de modelos, de lo guapísimos y monos que son todos ellos. Es cierto que los personajes son estereotipos, aunque esto no sé si es realmente un fallo (en La Ola también lo eran, y mucho, y nadie se quejó de ello). Los líos sentimentales sobran por completo. Y sobre todo es cierto que no se sabe de dónde han sacado esa maravilla de colegio aislado del mundo, con todo tipo de lujosas instalaciones y esa biblioteca maravillosa que ya quisieran para sí muchas universidades. Vale.
Pero seré rara o poco exigente, como decía antes, porque me han gustado los planteamientos de la miniserie. No se trata de que lo que cuente sea novedoso o no (obviamente no lo es) sino de que resulte impactante y creíble. Creíble yo creo que sí resulta, sobre todo cuando estamos demasiado acostumbrados a ver cosas similares o peores en los telediarios cada cierto tiempo. E impactante... pues la verdad es que también lo es. Tormenta hace una reflexión que sube desde el estómago hasta la garganta, golpeando todo el interior, sobre muchas cosas presentes en nuestra sociedad: el odio, la violencia, la agresividad que todos los humanos llevamos dentro y cómo ésta se desata en circunstancias extremas, el poder de lo subconsciente cuando no hay nada que lo controle (de lo que tan bien habló Nietzsche), el dolor y la impotencia y el peligro de que las víctimas se conviertan en verdugos al verse desamparadas por la ley. De todo eso habla Tormenta, y lo hace con escenas que van subiendo el nivel de tensión hasta acabar en una secuencia de puro terror que vertebra todo el segundo episodio y que es ejemplo de la naturaleza más salvaje del ser humano.
Y seré medio lela también porque el trabajo de los actores me ha parecido más que meritorio. Daniel Grao y Asier Etxeandia andan algo cojos por la poca cancha que les da el guión para desarrollar sus limitados personajes, sobre todo el primero, pero Patricia Vico, que no es así como la mejor actriz que uno se puede encontrar por ahí y que además tiene una voz que siempre me ha resultado de lo más irritante (no sé por qué), sale muy airosa de su personaje de soberbia más lista que nadie que se pone la venda en los ojos y se niega a aceptar su responsabilidad en la tragedia. El plantel juvenil tampoco me parece tan nefasto como se dijo en su día. Hay de todo, ciertamente (Ana Rujas está tan sosa y poco natural como en Hispania), pero como mínimo aparecen tres actores que dan mucho de sí en roles algo estereotipados: Patricia Montero, que termina dando miedo y eso es de lo que se trata (atención a la mirada que Ángela le echa a Susana cuando esta la obliga a disculparse con otra alumna); Adam Jezierski, frágil y monstruo a la vez (demoledora la escena en que casi comete una atrocidad y cómo reacciona al darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer); y José Lamuño, con una mirada especial que facilita la espeluznante transición de su personaje de buen tipo a bestia desalmada y vuelta a empezar.
En definitiva, una propuesta mucho más interesante de lo que su audiencia y la crítica en bloque dictaminó en su día. No es La Ola ni falta que le hace, no es una obra maestra y tiene sus buenos fallos, pero no apreciar su lectura social y su correctísima factura y esfuerzo artístico es injusto. No se trata de equipararla a la ficción norteamericana o europea, porque por medios es imposible, pero el intento es muy apreciable, y me atrevería a decir que si llevara otra bandera que no fuera la española, Tormenta hubiera sido tratada con mucha más benevolencia. Hecha queda al reflexión.

Lo mejor: Algunos actores, la banda sonora, la enorme tensión de muchos momentos, la reflexión sobre la brutalidad humana y el dolor, y la realización de Calparsoro sobre todo en el acto final.
Lo peor: A ratos parece Sensación de vivir, tiene diálogos estúpidos (sobre todo los que envuelven a los Superiores) y es algo irregular, sobre todo en su segundo episodio.
Sibila de Delfos
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