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Voto de Sibila de Delfos:
5
Drama La historia tiene lugar en el entorno surrealista de una ciudad que se desvanece. Cuando un adolescente descubre un camino secreto hacia una ciudad subacuática, su madre se ve arrastrada a un macabro submundo de fantasía. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2015
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lost River, se llama la ópera prima de Ryan Gosling como director.
Y en ese mismo río nos perdemos todos: personajes, espectadores y el propio Gosling.
La película es ejemplo claro del cine que le gusta al canadiense como actor, ese que ha perseguido conscientemente, un cine extraño, decididamente outsider, independiente, difícil de digerir para no iniciados en la materia, nada convencional y que huye de todo lo que suene a comercial, manido o tópico. A Gosling, como queda bien claro viendo su filmografía como intérprete (Diarios de Noah aparte), nunca le ha interesado ser una estrella (y aun así lo ha sido... es uno de los actores más amados a lo ancho y largo del mundo, y si no miren la legión de fans que tiene... aunque esperen, a lo mejor no es precisamente por su talento...), sino un actor y un servidor del cine arriesgado, comprometido y raro en todos los sentidos de la palabra. Su Lost River sabe a las películas que hizo con Nicolas Winding Refn sobre todo, y algo a las de Derek Cianfrance, pero sin el enorme poder emotivo de las Blue Valentine o The place beyond the pines. Es decididamente extraña, muy muy independiente, poblada por personajes al límite y presenta situaciones... como decir... ¿surrealistas? El caso es que si van esperando ver una película convencional con presentación, desarrollo y final, van a salir decepcionados. Lost River es lenta, pastosa a ratos, fangosa como el entorno en que se mueven los personajes, y requiere de un tiempo y una paciencia que no todos los espectadores van a poder darle. Peca de aburrida a ratos a pesar de su ajustadísimo metraje (menos de 90 minutos sin contar créditos) y la historia, más que una verdadera historia, es una sucesión de anécdotas que no terminan de dejar poso en el espectador porque lo que lo vertebra (los esfuerzos de la protagonista y sus hijos por salir adelante) es tan bizarro y tan endeble que no es palo para aguantar semejante vela.
Lo mejor es sin duda la estética de la película, tan oscura, con esas explosiones de color repentinas (ver el plano de Christina Hendricks pintándose la cara de rojo...), que deja embobado al espectador por el preciosismo visual de los planos que toma Gosling. Eso y por supuesto la presencia de una sobrenatural Christina Hendricks. Olvídense de la sexy secretaria reconvertida en empresaria de éxito de Mad Men. Aquí Hendricks demuestra ser una actriz de enorme potencial dramático (cosa que ya había mostrado en la serie), con carisma y fuerza para parar un tren y con madera de protagonista. A su lado, todos los demás palidecen (Saoirse Ronan, una actriz normalmente muy interesante, parece estar como aletargada toda la película).
Una lástima que la historia y el ritmo no hayan acompañado, porque Gosling es un cineasta peculiar, con la lección muy bien aprendida de los directores con los que más y mejor ha trabajado, pero aún sin una historia que contar a la altura de las circunstancias. Quizás más adelante.

Lo mejor: La estética y Christina Hendricks.
Lo peor: Es aburrida en algunos tramos y cuando se acaba no queda muy claro qué historia se ha querido contar.
Sibila de Delfos
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