Ay, Zack Snyder. Qué difícil es innovar en el adocenado mundo de los zombis cinematográficos, y qué difícil te es a ti conseguir un éxito rotundo.
Ya sea en El Hombre de Acero, La Liga de la Justicia, Sucker Punch, 300 o incluso la magistral Watchmen, al realizador de Amanecer de los muertos parece resultarle imposible poner de acuerdo a crítica y público. Tiene tantos fans como detractores, y por ello es uno de los creadores cinematográficos más únicos y controvertidos del siglo XXI.
No obstante, en este caso, se puede decir que no ha conseguido el objetivo con Ejército de los muertos. O tal vez sí, porque, ¿cuál era el objetivo? ¿Qué pretendía lograr Snyder con esta cinta? Si pretendía ser original, olvídense. Hay tantas y tantas películas y series sobre zombis, más serios, más cómicos, más violentos, menos sangrientos, para adolescentes, para adultos, con tinte social, zombies en Orgullo y prejuicio incluso, que ya es imposible conseguir algo que verdaderamente sorprenda al público. Ejército de los muertos no lo hace.
Si pretendía entretener, se puede decir que lo consigue a medias. Desde luego, no existe lugar para el bostezo del espectador, pero el principal fallo de la película es esa duración indefendible. Casi dos horas y media para contar una historia que con 90 minutos hubiera ido que chutaba. Sencillamente incomprensible y una circunstancia que lastra todo el conjunto.
Si pretendía mostrar el carisma de un reparto más o menos desconocido, en el que los más famosos para el gran público son Dave Bautista y Ella Purnell, ahí sí ha triunfado Snyder, porque es verdaderamente un soplo de aire fresco ver tantas caras nuevas en una película de esta envergadura. Vean, por ejemplo, la escena final de Omari Hardwick en el baño.
Excelente. También resulta una propuesta interesante, sin duda, por su estética de videoclip y esos colores al estilo neón que dan un aspecto cyberpunk a la propuesta, mezclada con un toque de Mad Max.
En definitiva, una propuesta curiosa, que gustará seguro a los más fans de este tipo de cine, pero que demuestra que su realizador tiene ciertos problemas (o serios problemas) para hacer una obra redonda y que, en este caso, no tenía los mimbres correctos para hacer una buena cesta. O que a los zombis ya los tenemos muy vistos. También.

Lo mejor: Su estética y los colores que utiliza, y el carisma de los intérpretes.
Lo peor: La duración. Injustificable. Y su escasa originalidad.