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Voto de Sibila de Delfos:
10
Romance. Drama. Comedia Tras pasar ocho meses en un centro de salud mental por agredir al amante de su mujer, Pat (Bradley Cooper) regresa a casa de sus padres (Robert De Niro y Jacki Weaver). Aunque está decidido a hacer todo lo posible para recuperar a su exmujer, la situación cambia cuando conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), una chica con problemas y mala reputación. A pesar de la mutua desconfianza inicial, pronto surge entre ellos un estrecho vínculo ... [+]
4 de febrero de 2013
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hubiera que encuadrar en un género a El lado bueno de las cosas, podría decirse que es una comedia dramática. Y también romántica, qué duda cabe.
Comedia porque lo es. El guión de David O. Russell es de los más divertidos vistos últimamente. Son tantos los momentos descacharrantes que resulta imposible escoger sólo uno (aunque el baile final y el discurso contra Hemingway de Pat merecen ser destacados). Además, la comicidad es muy natural, nada forzada, y éso es así porque los personajes son naturales y cercanos. Resulta muy fácil ver rasgos nuestros en Pat, Tiffany y los demás. Si además sumamos el encanto de una excelente Jacki Weaver y la recuperación del mejor De Niro (hacía años, demasiados años, que la estrella de El Padrino no estaba tan bien ni tan divertido), el resultado no puede ser otro que excelente.
Dramática porque efectivamente no todo son risas en Silver Linings Playbook. Y sobre todo porque el guión presenta unos personajes principales poco comunes. Rara vez el cine da voz a las personas con trastornos mentales fuera del biopic, y aquí encontramos hasta tres seres humanos que nos demuestran que, cuerdos o no, al final todos queremos las mismas cosas: la familia, los sueños y sobre todo el amor. Las risas y la emotividad de las escenas más intensas se dan la mano con sólida inteligencia y elegancia gracias a la habilidad para el diálogo de Russell.
Y romántica, porque el extraño romance entre Pat y Tiffany (dos personas ciclotímicas, con problemas, con desconcertantes cambios de humor, de carácter difícil) engancha desde el primer momento por su singularidad y belleza. Y ésto ocurre gracias a Bradley Cooper y Jennifer Lawrence. Él es la gran sorpresa de la película, pues demuestra que, con un buen guión, es un actor muy a tener en cuenta. Cooper maneja los tiempos del personaje perfectamente, y clava sus crisis, su inseguirdad y su encanto sin despeinarse. Y Lawrence... en cuanto aparece en pantalla por primera vez, lo que estaba siendo una buena película se convierte en algo extraordinario. No importa que en principio no pegue verla como una viuda atormentada. La estrella de Los Juegos del Hambre mira de una forma sobrenatural, y se basta y se sobra sola para resultar a la vez excéntrica, encantadora, seductora, tierna, y todo lo que el personaje requiera. Y además, lo hace sin pasarse un pelo, con lo fácil que hubiera sido caer en la sobreactuación y lo irritante.
Seguramente se podría decir que no es perfecta. El ritmo decae brevemente en algunas ocasiones que coinciden con los instantes protagonizados por De Niro, algunos personajes quizás podrían no haber estado (como el de Chris Tucker, aunque éso supondría perdernos al afroamericano en una de las pocas ocasiones en que resulta no sólo soportable, sino también entrañable) y sin duda podría criticarse el convencionalismo en que cae al final que hace trastabillar un poco la originalidad de la película hasta el momento. Pero el resultado final es tan bonito, tan emotivo, tan lleno de ilusión y de esperanza, que resulta memorable.
Hacen falta más películas así, que dejen tan buen sabor de boca.

Lo mejor: Jennifer Lawrence, la mejor de un reparto inmaculado, y la mezcla de drama, comedia y romance en sus dosis justas.
Lo peor: El final está taaaaaaaan visto... pero ¿qué importa?
Sibila de Delfos
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