El René... ¡menudo figura!
No empezaré diciendo que me gustó más la novela de Stefan Wul, porque ni le conozco, ni he oído hablar de él, ni desde luego he leído su novela. De hecho, ni había oído hablar de esta película, ya que me crucé con ella por equivocación, como las cosas grandes de la vida, que surgen así, de repente, sin más y por casualidad. Buscando un documental de la BBC de naturaleza, me encontré con este exceso de imaginación incapaz de ser contenido en tan pobre envoltorio, y a pesar de ello, aún no me explico como esta película no ha entrado a ser una de las grandes del mundo de la animación. Si pensabas que el viaje de Chihiro era el éxtasis del delirio inventivo, espera a ver esta.
Es una verdadera lástima que la película tenga tan poco de animación, tal vez hubiese tenido que ser creado el género de aburrición para este tipo de dibujos, ya que aunque no le sea necesario competir con Bugs Bunny, sí que es verdad que llega a ser lenta que te cagas y ausente de todo ritmo.
No entraré a desgranar el mensaje, ya que cada cual sacará el suyo y todos diferentes serán acertados y fieles al film, aquí el jugo se extrae de la imaginación, del desbordante universo imaginativo, piensa por ejemplo en un teletubbie desgranzando y cascamajando el zarajo y el mondongo de ALIEN, así es EL PLANETA SALVAJE, así son los Draags y los Oms, unos entrañables dieciochescos pintureros.
Viva la madre que parió al René Laloux y a sus animadores / aburridores.