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España España · Barcelona
Voto de Tombol:
5
Aventuras. Drama En 1755, el empobrecido capitán Ludvig Kahlen se dispone a conquistar los duros e inhóspitos páramos daneses con un objetivo aparentemente imposible: crear una colonia en nombre del rey. A cambio, recibirá un nombre real que anhela con desesperación. Sin embargo, el único gobernante de la zona, el despiadado Frederik de Schinkel, cree arrogantemente que esa tierra le pertenece. Cuando de Schinkel se percata de que su criada Ann Barbara ... [+]
15 de enero de 2024
12 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un asolado páramo, se desarrollan dos monólogos emitidos por sendas voces que lanzan sus peroratas al vacío, sin escucharse entre ellas, lanzando sus sentencias sobre la película que nos ocupa:

MONÓLOGO 1: ¡Qué bellas estampas! ¡Es la belleza más pura encarnada en un relato del siglo XVIII! ¡La armonía en la historia más épica! ¡El fulgor en la pasión de unas vidas que buscan salir adelante!

MONÓLOGO 2: El contexto, ya desde el principio, me resultó turbiamente planteado. Hablan de bandidos y forajidos que anegan un espacio desolado... más yo solo aprecio posteriormente a unas familias gitanas que viven como buenamente pueden... ¿Cómo es posible que luego éstos acepten trabajar para el capitán, por un mísero salario? Unos delincuentes que se precien jamás querrían participar en un proyecto como el que se les propone. Además, en un entorno político como el que parece ser que había, más parece un grupo de oprimidos por el despotismo monárquico que una pandilla de malhechores de baja estopa.

M 1: En The bastard todo el engranaje funciona con solidez. El mundo de los ricos y poderosos, el pueblo trabajador y sufriente, el valiente militar que se retira para hacer fortuna. Transitamos entre esos antagónicos escenarios, refulgiendo los contrastes más crudos, amansado todo ello por la fría brisa de un páramo inhóspito y maldito.

M 2: ¡Qué desaprovechado el bueno de Mads! Pasaban los minutos y su rictus permanecía impertérrito, sin mostrar emoción alguna, sin que supiéramos lo más mínimo que se ocultaba tras ese pétreo rostro. Tampoco nos animaba el personaje a empatizar con él, pues se denotaba en su actitud una ambición y un orgullo desmedidos. Nos lo querían presentar como un tipo serio y recto, más el retrato me pareció más que flojo, sin relieve, sin alma, como la propia película.

M 1: Cada imagen, cada fotograma, está cargada de lirismo. Numerosos cuadros trufan las escenas. La recreación de estampas de época son un deleite para el visionado. El enfrentamiento del capitán Ludvig con el gobernante Friedrik prometía ser antológico, y así había de ser. Un retrato social con las reminiscencias del feudalismo medieval más cruel acechando en cada esquina, la lucha de un hombre contra todo un aparato de poder más insensible que nunca.

M 2: Ludvig es un militar, que parece cargar con más odio de la cuenta, quizás por su pasado familiar, también por su codicia por alcanzar puestos nobiliarios, también por su procedencia castrense. Quiere trabajar la tierra, pero nunca se siente que sea un amante de la naturaleza. Por eso es capaz de dejarse humillar, una y otra vez, con tal de poder alcanzar sus objetivos. En eso la película es certera, la naturaleza del poder es, ha sido y será siempre la misma.

M 1: Me llenaron las miradas de los protagonistas, sus silencios... ¡Qué presencia! ¡Qué desgarro! ¡Se respiran la sobriedad y la tensión! ¡La rabia y la maldad!... Un retablo histórico, con arquetipos humanos exudando sus emociones más viscerales... ¡Y también la contención! ¡La sensualidad! ¡Los instintos!

M 2: Te cuentan que aquí todo lo deciden los consejeros del rey. Éste está siempre muy ocupado y no aparece, pero te lo venden como un ser comprensivo. Por otro lado, el papel del capitán Ludvig se nos muestra pedigüeño, necesitado de las "ayudas" de la realeza para poder emprender su negocio, no es capaz de hacerlo todo con su personal esfuerzo, se inicia en el proyecto explotando a unas pobres gentes. Está correcta la idea de intentar transformar un territorio estéril en algo fértil y provechoso, pero algo oscuro sobrevuela constantemente en el protagonista.

M 1: La fortaleza de las féminas, su inteligencia. Su saber estar. La formación de una familia procedente de una situación de desarraigo. El papel clave de la pretendida del gobernador. La madurez de Ann Bárbara. La candidez de la niña gitana. El equilibrio perfecto para que el capitán pueda salir airoso de todos los palos en las ruedas que le ponen. Un equilibrio cinematográfico también, para recordarnos que las mujeres tienen un papel destacado en la historia, esa historia no contada.

M 2: Hoy día, si quieres hacer cine, no debes cruzar ciertas líneas. Y menos si quieres hacer cine de presupuesto. Para optar a las estatuillas, por ejemplo, debes integrar a los grupos de inclusión. Las mujeres deben aparecer "empoderadas", sobre todo las más protagonistas. Me resultó sospechoso el uso que se hace de la niña gitana, tan oscura ella, tan despreciada por el pueblo. Me hubiera parecido más valiente, más enriquecedor, más transgresor, enfocarse en el valor del pueblo todo él, como comunidad humana, con sus mujeres y hombres más unidos en sus desgracias. No sentí nunca el amor en el capitán Ludvig. Tampoco en las féminas. El cine de hoy muestra mayormente sus instintos sin alma, el egotismo de los personajes, su emotividad afectada.

M 1: La música acompaña con elegancia. Los diálogos están bien, sobre todo cuando aparece el gobernador. ¡Todo es un viaje a un mundo que existía hace unos 200 años! Tan bien recreado... el mundo de los ricos y el de los pobres, dos extremos en el mismo barco... ¡Una vuelta de tuerca al cine épico!

M 2: Los diálogos, como es habitual en el cine moderno, más bien inanes... el perfil mejor trabajado es el del gobernador, sin duda... ese retrato de ricos y pobres lo siento manipulador, al menos tengo la certeza de que se ha construido una falsedad con ese estereotipo en otras zonas europeas (como por ejemplo la península ibérica). Los regímenes monárquicos se iban a convertir en los regímenes liberales, sus continuadores de facto. Yo diría, pues, que el retrato social es facilón, de todo a 100, sin ningún pulimiento, para agradar y abducir al personal.

Termino en el spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tombol
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